Por estrenarse película “American Made” que relata el papel jugado por Barry Seal, un agente encubierto de la DEA que venía a cargar droga en el aeropuerto Los Brasiles de Nicaragua.
El 29 de septiembre del presente año está previsto el estreno de la película American Made, teniendo como figura principal al actor Tom Cruise, quien hace el papel del agente encubierto de la DEA, Barry Seal, quien logró fotografiar al líder del cartel de Medellín, Pablo Escobar dirigiendo un embarque de cocaína en el aeropuerto Los Brasiles de Nicaragua, acompañado de militares sandinistas.
La cinta se remonta a los años 80, cuando Pablo Escobar fue protegido por el gobierno de Daniel Ortega, mientras estuvo en Nicaragua señalándose a varios dirigentes sandinistas directamente involucrados en el trasiego de droga hacia Estados Unidos.
LA PELÍCULA DESCRITA POR RTV DE ESPAÑA
Al narcotraficante Pablo Escobar solo lo agarraron una vez con las manos en la masa literalmente: el 25 de mayo de 1984 fue fotografiado cargando 600 kilos de cocaína en un aeroplano en Nicaragua junto otro narco, Gonzalo Rodríguez Gacha, el Mexicano, un alto funcionario del régimen sandinista y varios soldados nicaragüenses.
Esas fotos son la única prueba hasta hoy que relaciona de forma directa al fundador del Cartel de Medellín con el tráfico de drogas y fueron tomadas por el piloto Barry Seal, un agente encubierto de la CIA e informante de la DEA (Administración para el Control de Drogas de EE.UU.) que trabajaba a la vez transportando alijos para Pablo Escobar y que, al traicionarle, desataría la persecución de EE.UU. contra él. Estas fotografías, filtradas a la prensa, también señalaban las alianzas del régimen sandinista y la mafia colombiana.
En este momento en el que la popularidad de Pablo Escobar es máxima gracias a series como Narcos, Hollywood lleva al cine la vida de este piloto, traficante de armas y de drogas e infiltrado, en Barry Seal: El traficante (American made en EE.UU. tras cambiar el título original de Mena), con Tom Cruise como protagonista en uno de sus escasos papeles de ‘malo’. “El mundo puede verlo como un villano, pero para mí es un héroe”, dice el director de la cinta, Doug Liman (El caso Bourne, 2002; Sr. y Sra. Smith, 2005), a RTVE.es sobre el personaje, también piloto comercial de la TWA, que le condecoró como el más joven de la historia de la aerolínea.
El biopic, que se estrena el 29 de septiembre, cuenta la historia de este piloto que, cuenta Liman, fue “reclutado por la CIA para llevar armas a los contras y que se dio cuenta de que podía hacer una fortuna llevando drogas a la vez”. “Era alguien que nunca dejaba pasar una oportunidad que viera y que acabó convertido en el mayor traficante de drogas de la historia de América y además el piloto más significativo que voló para la CIA en los años 80. Consiguió ganarse la confianza de la CIA y de Pablo Escobar y jugó para los dos”, explica en conversación telefónica desde Londres el cineasta.
PILOTO FUERA DE LAS REGLAS
Liman, productor de la saga Bourne y director de la primera entrega, confiesa que se enamoró del personaje de Barry Seal, “un piloto con el que no iban las reglas y que no tenía miedo, no solo volando, sino en ningún aspecto de su vida”, y que pensó en Tom Cruise -al que dirigió en Al filo del mañana (2014)- porque juntos podrían crear “si no un modelo a seguir, que no es la palabra correcta cuando cometes ilegalidades, sí un personaje divertido de ver, lleno de vida e irreverente”. “Personalmente tengo una vena antiautoritaria, por eso no puedo dejar de admirar a alguien que se enfrentó a los poderes establecidos”, reconoce Liman, de 51 años.
Esa fascinación por el personaje hace al director neoyorquino pensar en Seal como un “héroe” y no un villano, que insiste en que la película no juzga las consecuencias de las actividades de Barry Seal: “Barry no pensaba en las ramificaciones, no quería hacer daño a nadie, solo quería pasarlo bien y aterrizar aviones y enfrentar situaciones de riesgo. Quería vivir la vida al máximo y nunca dejó pasar una oportunidad. Si le ofrecías una pulgada, él cogía una yarda o una milla. Tom y yo queríamos hacer una película que celebrase la vida de Barry Seal”.
PRECIO A SU CABEZA
Después que Barry Seal fotografiase a Pablo Escobar cargando la cocaína con una cámara instalada en su avión C-123 por la CIA, el capo del Cartel de Medellín puso precio a la cabeza del traidor -un millón de dólares vivo y medio millón muerto- y este fue acribillado a tiros por tres hombres el 19 de febrero de 1986, según recuerda el hijo del narcotraficante, Juan Pablo Escobar, en Pablo Escobar: Lo que mi padre nunca me contó (Península, 2017).
No obstante, también corren teorías, como la expresada públicamente por la viuda de Seal y replicada por Juan Pablo Escobar, de que el piloto también “conocía muchos pecados de la CIA y de algunos políticos respecto a las actividades de narcotráfico permitidas para financiar las operaciones de la Contra nicaragüense” y “conocía secretos del escándalo Irán-Contra” -cuando murió llevaba encima el número de teléfono de George Bush padre, entonces vicepresidente y máximo responsable de la lucha contra la droga en la Administración Reagan-. En este sentido, Barry Seal era una “presa fácil” para ser asesinado ya que tenía una orden judicial que le obligaba a permanecer todos los días de seis de la tarde a seis de la mañana en la sede del Ejército de Salvación en Baton Rouge (Lousiana), y sin escoltas, donde fue asesinado.
“La muerte de Barry Seal interesaba tanto la CIA como a Pablo Escobar porque Barry Seal se estaba aprovechando de ambos”, contesta Doug Liman cuando se le pregunta al respecto.
Sobre la fascinación actual en torno a la figura de Pablo Escobar, que finalmente fue capturado muerto el 2 de diciembre de 1993, el director de Barry Seal: El traficante cree que el líder del Cartel de Medellín “personifica un periodo increíble de la historia mundial”. “Fue otro oportunista. Hoy los oportunistas edifican compañías de internet, pero ese fue un momento en el que parecía que el Salvaje Oeste hubiese renacido, había realmente un gran sentimiento de soledad y de libertad como el que el Salvaje Oeste encarna. Eso no fue hace tanto tiempo y pocos personajes encarnan eso tanto como Pablo Escobar”, sostiene.
TOM CRUISE, UN PILOTO INCREÍBLE
Como es habitual, en esta película Tom Cruise también protagoniza sus propias escenas de acción sin el uso de dobles, revela Liman, que se confiesa encantado de volver a trabajar con la estrella, con la que en este rodaje estableció una relación “aún más fuerte y estrecha”. De hecho, Cruise, Liman y el guionista, Gary Spinelli, compartieron casa mientras rodaban la película: “Trabajábamos juntos durante el día y también por la noche trabajábamos juntos en la película. Fue como volver otra vez a la escuela de cine”, cuenta sobre el rodaje de la cinta, que se realizó en 2015 y en parte en Medellín y otras localizaciones colombianas.
Sarah Wright (Lucy Seal) y Tom Cruise (Barry Seal).
El director confiesa que le gusta que sus actores hagan personalmente las escenas peligrosas y cómo fue “revolucionario” que para The Bourne identitiy: El caso Bourne (2002) pusiese a Matt Damon a “entrenar durante un verano entero” para rodar la cinta, pero en el caso de Barry Seal: El traficante esto ha ido aún más allá porque Tom Cruise es piloto, “y un piloto increíble”, y él mismo pilotaba las aeronaves de la cinta.
“Tom es un piloto muy cualificado, un piloto que puede aterrizar un aeroplano en una oscuridad total en un remota pista de montaña guiado solo por una furgoneta, que es una de las escenas peligrosas que rodamos”, señala Liam, que revela además que en el garaje de la casa que compartían durante el rodaje había instalado un simulador de vuelo en el que el actor entrenaba cada noche, además de volar todos los fines de semana en aviones reales.
Barry Seal bajando de una de sus aeronaves con su familia en Bahamas.
“Es un gran piloto por lo duro que entrena y el nivel de excelencia que consigue. No dejamos de hacer ninguna de las situaciones de pilotaje que el Barry Seal real no hiciera, que eran todas realmente locas, porque cuando haces este tipo de pilotaje para ganarte la vida como Barry Seal, la carga es mucho más importante que el aeroplano. El avión se podía desechar. Lo que tú llamarías un accidente para Barry eran solo gajes del oficio, lo habitual, y como Tom Cruise es un piloto tan extraordinario pudimos hacer estas escenas de verdad”, cuenta satisfecho el director sobre una película que promete grandes dosis de adrenalina sobre un personaje cuyo epitafio reza: “Un aventurero rebelde de la talla de los que en días anteriores hicieron grande a América”.