El Consejo de Seguridad de la ONU ha exigido que las fuerzas paramilitares sudanesas pongan fin a su asedio de ocho semanas a El Fasher, una ciudad en la región de Darfur donde los enfrentamientos han provocado preocupaciones sobre genocidio.
El ejército de Sudán ha estado luchando contra las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) durante más de un año, en una guerra civil que ha matado a miles y ha obligado a millones de personas a abandonar sus hogares.
El Fasher es el último centro urbano importante en Darfur que permanece en manos del ejército de Sudán.
El consejo de seguridad ha solicitado “un alto inmediato al enfrentamiento” y la retirada de todas las tropas de la ciudad.
El consejo de seguridad también instó a los estados miembros a “abstenerse de interferencias externas” y exigió el cumplimiento del embargo de armas en el país.
El último hospital en funcionamiento de El Fasher ha tenido que cerrar después de un ataque a la instalación.
Más de 130,000 residentes han huido de la ciudad debido a los enfrentamientos entre abril y mayo, según la ONU.
Los grupos de derechos humanos en Darfur han acusado a las RSF de usar la violación como arma de guerra, y de atacar a los Masalit de piel más oscura y a otros grupos no árabes en una campaña de limpieza étnica.
Pero las RSF aseguran que no están involucradas en lo que describen como un “conflicto tribal” en Darfur.
Varios rondas de conversaciones de paz han fracasado en poner fin a la guerra, que comenzó cuando los dos generales que lideraban el ejército y las RSF respectivamente se pelearon.