Catalina, Princesa de Gales, apareció en público el sábado por primera vez desde su diagnóstico de cáncer, sonriendo mientras montaba en una carroza con sus tres hijos mientras participaba en un desfile ceremonial para celebrar el cumpleaños de su suegro, el Rey Carlos III.
Multitudes se congregaron en el centro de Londres para ver a la princesa y su familia participar en un evento lleno de tradición militar, música y pompa, ligeramente empañado por una llovizna que se convirtió en un aguacero al concluir las ceremonias.
Su aparición fue recibida como una señal de mejora en su estado de salud y un momento significativo para la familia real británica, que sufrió otro golpe este año cuando el Rey Carlos anunció que también tenía cáncer.
Sin embargo, al anunciar el viernes por la noche que estaba lo suficientemente bien como para asistir a los eventos del sábado, la princesa dejó claro que su recuperación aún tenía un largo camino por recorrer.
“Estoy avanzando bien, pero como cualquiera que esté pasando por quimioterapia sabrá, hay días buenos y días malos”, dijo Catalina, de 42 años, en un comunicado enviado a los medios de comunicación. “En esos días malos te sientes débil, cansado y tienes que ceder ante tu cuerpo para descansar”, agregó. “Pero en los días buenos, cuando te sientes más fuerte, quieres aprovechar al máximo sentirte bien”.
Catalina montó con sus tres hijos – el Príncipe George, la Princesa Carlota y el Príncipe Luis – en una carroza de estado para presenciar el desfile militar. Saludó ocasionalmente en el corto paseo en carroza antes de pasar a ver la ceremonia desde un punto de vista cubierto. Más tarde, hubo aplausos de la multitud cuando apareció en el balcón del Palacio de Buckingham junto a sus hijos y otros miembros de la familia real para presenciar un desfile aéreo de la Real Fuerza Aérea.
Anteriormente, su esposo, Guillermo, Príncipe de Gales, que es coronel de los Guardias Galeses, llevaba su uniforme ceremonial y estaba a caballo. La princesa, que es coronel de los Guardias Irlandeses, que desempeñaron un papel destacado en el desfile, llevaba un vestido blanco con ribete negro de Jenny Packham, un sombrero de Philip Treacy y la Hebilla Regimental de los Guardias Irlandeses.
Catalina fue hospitalizada por una cirugía abdominal en enero, y hasta el sábado no había sido vista en un evento oficial este año. En marzo, dijo públicamente que estaba recibiendo un tratamiento de quimioterapia preventiva.
Como otra señal de su progreso, su oficina dijo que había comenzado a trabajar ocasionalmente desde casa y se estaba reuniendo con sus equipos oficiales cuando se sentía capaz. La princesa también dijo en su comunicado que esperaba unirse a algunos compromisos públicos durante el verano, aunque añadió que “aún no está fuera de peligro”.
La evidencia de su recuperación será especialmente bienvenida para la familia real británica, dado que sus problemas de salud coincidieron con los del Rey Carlos, que fue tratado por cáncer en enero. Él ha comenzado su regreso a la vida pública, y la semana pasada asistió a ceremonias en Francia para conmemorar el 80 aniversario del desembarco de Normandía que presagió el fin de la Segunda Guerra Mundial.
El sábado, Carlos, que celebró su 75 cumpleaños en noviembre, montó en una carroza en lugar de a caballo, como es típico durante la procesión, que se conoce como el Trooping the Color.
El evento, que ha sido una celebración oficial del cumpleaños del monarca durante más de 260 años, se basa en un desfile que comienza en el Palacio de Buckingham y luego viaja por el Mall, decorado con banderas, hasta el Horse Guards Parade, un terreno de desfile ceremonial junto al Parque St. James, antes de regresar al palacio.
Después de llegar al Horse Guards Parade, el rey inspeccionó a las tropas, que llevaban el uniforme ceremonial de túnicas rojas y sombreros de piel de oso. Entre los espectadores que presenciaron la intrincada ceremonia militar estaban el Primer Ministro Rishi Sunak y su esposa, Akshata Murty.
La celebración también incluyó un saludo de 41 cañonazos en el Green Park.
El desfile incluyó unos 1.400 soldados, 400 músicos y 200 caballos – incluyendo tres del Regimiento Montado de la Guardia de la Casa Real que se escaparon y resultaron heridos en abril durante un ensayo.