Más de ocho meses de lucha entre Israel y Hamas han destruido edificios e infraestructuras en toda la Franja de Gaza, dejando más de 39 millones de toneladas de escombros y exacerbando una crisis de salud ya grave allí, según una evaluación preliminar del impacto ambiental del conflicto publicada por las Naciones Unidas el martes.
En el último de una serie de informes de agencias de la ONU que aclaran la magnitud de la devastación en Gaza y los peligros para la salud causados por la guerra allí, el Programa Ambiental de la ONU encontró que los millones de toneladas de escombros contenían municiones sin explotar, asbesto y otras sustancias peligrosas, así como restos humanos.
La agencia de la ONU también encontró que la guerra había interrumpido “casi todos” los sistemas y servicios de gestión ambiental, y creado nuevos peligros, y dijo que todas las fuentes de agua en Gaza se habían visto interrumpidas, al igual que las instalaciones de tratamiento y eliminación de aguas residuales.
El informe ambiental sigue a una publicación en redes sociales la semana pasada de la UNRWA, la principal agencia de la ONU para los palestinos, que decía que a principios de junio, 330,000 toneladas de desechos se habían acumulado en o cerca de áreas pobladas en toda Gaza, “planteando riesgos ambientales y de salud catastróficos”. También la semana pasada, el Centro de Satélites de la ONU informó que aproximadamente el 65 por ciento de la red vial total en Gaza había sido dañada hasta el mes pasado.
“El colapso de los sistemas e instalaciones de gestión de aguas residuales, aguas residuales y residuos sólidos ha tenido impactos importantes en el medio ambiente y las personas”, dijo el informe. Señaló un aumento en las tasas de infección respiratoria aguda, diarrea entre niños menores de 5 años, sarna, piojos e ictericia informados por la Organización Mundial de la Salud desde el inicio del conflicto.
Los gazatíes y los grupos humanitarios que operan en el enclave han informado sobre la racionamiento de suministros de agua, obligando a las personas “a prescindir de las necesidades de higiene personal y saneamiento” y a utilizar fuentes de agua alternativas para beber, incluidos pozos agrícolas con agua salobre, lo que los expone a pesticidas y otros productos químicos, dijo el informe. El suministro de agua también ha sido contaminado por actividades militares, dijo la agencia de la ONU, incluida la inundación y destrucción del sistema de túneles construido por Hamas, que el ejército israelí ha atacado.
UNRWA ha acusado al ejército israelí de obstaculizar sus esfuerzos para abordar los peligros ambientales y de salud en Gaza. La agencia ha citado la falta de acceso a combustible, que agrava los problemas de saneamiento, y dijo que el ejército israelí ha bloqueado el acceso de UNRWA a vertederos en un momento en que muchos de sus centros de saneamiento, maquinaria y camiones de basura han sido destruidos.
Agravando las dificultades para las agencias humanitarias, Gaza se ha convertido en el lugar más peligroso del mundo para los trabajadores humanitarios, dijo la ONU el lunes, señalando que al menos 250 han sido asesinados en Gaza desde el ataque liderado por Hamas el 7 de octubre contra Israel que desencadenó el conflicto, incluidos casi 200 que trabajaban para la UNRWA.