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Sophia Ferst recuerda su reacción al enterarse de que la Corte Suprema había anulado Roe v. Wade: necesitaba esterilizarse.
En una semana, consultó a su proveedor sobre la posibilidad de realizarse el procedimiento.
Ferst, de 28 años, siempre ha sabido que no quiere tener hijos. También le preocupa quedar embarazada como resultado de una agresión sexual y luego no poder acceder a servicios de aborto. “Eso ya no es un concepto loco”, dijo.
“Creo que los niños son muy divertidos. Incluso veo niños en mi práctica de terapia, pero, sin embargo, entiendo que los niños son un gran compromiso”, dijo.
En Montana, donde vive Ferst, los legisladores han aprobado varios proyectos de ley para restringir el acceso al aborto, que han quedado estancados en los tribunales. Cuarenta y un estados tienen prohibiciones o restricciones sobre el aborto, según el Instituto Guttmacher, y grupos antiaborto han abogado por restringir el acceso a anticonceptivos en los últimos años.
Después de que Roe fue anulado en junio de 2022, los médicos dijeron que una oleada de jóvenes como Ferst comenzaron a solicitar métodos anticonceptivos permanentes como ligaduras de trompas, en las que se extirpan las trompas de Falopio, o vasectomías.
Una nueva investigación publicada esta primavera en JAMA Health Forum muestra la magnitud de esa oleada de jóvenes a nivel nacional.
La investigadora de la Universidad de Pittsburgh Jackie Ellison y sus coautores utilizaron TriNetX, una base de datos nacional de registros médicos, para analizar cuántos jóvenes de 18 a 30 años se estaban esterilizando antes y después del fallo. Encontraron aumentos significativos tanto en la esterilización masculina como en la femenina. Las ligaduras de trompas se duplicaron de junio de 2022 a septiembre de 2023, y las vasectomías aumentaron más de tres veces durante ese mismo período, dijo Ellison. A pesar de ese aumento, las mujeres siguen esterilizándose mucho más a menudo que los hombres. Las vasectomías se han estabilizado en la nueva tasa más alta, mientras que las ligaduras de trompas aún parecen estar aumentando.
Las ligaduras de trompas entre los jóvenes habían estado aumentando lentamente durante años, pero el fallo en Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization tuvo un impacto discernible. “Vimos un aumento bastante sustancial tanto en las ligaduras de trompas como en los procedimientos de vasectomía en respuesta a Dobbs”, dijo Ellison.
Los datos no se desglosaron por estado. Pero al menos en estados, como Montana, donde el futuro de los derechos de aborto es profundamente incierto, los obstetras-ginecólogos y urólogos dicen que están notando el fenómeno.
Gina Nelson, obstetra-ginecóloga de Kalispell, Montana, dijo que está viendo mujeres de todas las edades, con y sin hijos, buscando la esterilización debido a la decisión de la Corte Suprema en Dobbs.
Dijo que el mayor cambio se da entre las pacientes jóvenes que no tienen hijos y buscan esterilizarse. Dijo que eso es un gran cambio desde que comenzó a ejercer hace 30 años.
Nelson dijo que cree que está mejor preparada para hablar con ellas sobre el proceso ahora de lo que estaba en la década de 1990, cuando tuvo por primera vez una paciente de 21 años que solicitó la esterilización. “Quería respetar sus derechos, pero también quería que considerara varios escenarios futuros”, dijo, “así que en realidad le hice escribir un ensayo para mí, y luego lo trajo, cumplió con todos los requisitos, y le ligaron las trompas”.
Nelson dijo que hoy día no hace que los pacientes hagan eso, pero sigue creyendo que es responsable de ayudar a los pacientes a considerar profundamente lo que están solicitando. Programa tiempo con los pacientes para conversar sobre los riesgos y beneficios de todas sus opciones anticonceptivas. Dijo que cree que eso ayuda a sus pacientes a tomar una decisión informada sobre si seguir adelante con la anticoncepción permanente.
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos apoya la práctica de Nelson.
Louise King, profesora asistente de obstetricia en la Facultad de Medicina de Harvard, quien ayuda a liderar el comité de ética de ACOG, dijo que los proveedores están empezando a aceptar la idea de escuchar a sus pacientes, no decidir por ellos si pueden obtener anticoncepción permanente basada en la edad o si tienen hijos.
King dijo que algunos pacientes jóvenes que preguntan sobre la esterilización nunca llegan a realizarse el procedimiento. Recordó a uno de sus propios pacientes recientes que decidió no hacerse una ligadura de trompas después de que King hablara con ellos sobre un DIU.
“Tenían miedo del dolor”, dijo. Pero después de asegurar al paciente que estarían bajo anestesia y no sentirían dolor, siguieron adelante con el dispositivo intrauterino, un método anticonceptivo reversible.
Alexis O’Leary, obstetra-ginecóloga de Helena, percibe una división entre los proveedores más jóvenes y los más mayores cuando se trata de la esterilización femenina. O’Leary terminó su residencia hace seis años. Dijo que los proveedores mayores son más reacios a esterilizar a pacientes jóvenes.
“Rutinariamente veo pacientes a las que otros les han negado el procedimiento debido a ‘Oh, quizás quieras tener hijos en el futuro’. ‘No tienes suficientes hijos’. ‘¿Estás segura de querer hacer esto? No es reversible'”, dijo.
Eso es lo que le pasó a Ferst cuando intentó por primera vez hacerse una ligadura de trompas.
Le pidió a su médico una después de haber tenido un DIU durante aproximadamente un año. Ferst recuerda que su obstetra-ginecólogo masculino le pidió que trajera a su pareja en ese momento, que era un hombre, y a sus padres para hablar sobre si podía esterilizarse.
“Me quedé sorprendida por eso”, dijo.
Así que Ferst se quedó con su DIU. Pero la incertidumbre sobre los derechos de aborto en Montana la convenció de preguntar de nuevo.
Ha encontrado a una obstetra-ginecóloga más joven que ha accedido a esterilizarla este año.
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