Ryan Walters, el Superintendente de Escuelas de extrema derecha en Oklahoma, se inspiró en la aprobación de una ley en Luisiana que requería que cada aula de escuela pública mostrara Los Diez Mandamientos. Decidió que podía ir aún más lejos. Acaba de ordenar que todas las escuelas públicas enseñen la Biblia. Dada la diversidad religiosa de los estudiantes en Oklahoma, ¿ordenará los textos sagrados de todas las religiones? ¿Ordenará el Antiguo Testamento o el Nuevo Testamento? ¿Qué versión? Personalmente, creo que los libros sagrados deberían enseñarse en su idioma original. O no enseñarlos en absoluto.
La sabiduría de los Fundadores de nuestra nación, que no querían que la religión y el gobierno estuvieran entrelazados, se hace cada vez más clara cada día. ¿Está imponiendo el Superintendente Walters su propia fe a los demás? Por supuesto.
El New York Times informó:
El superintendente de Oklahoma ordenó el jueves que todas las escuelas públicas enseñen la Biblia, incluidos los Diez Mandamientos, en el último impulso conservador que pone a prueba los límites entre la instrucción religiosa y la educación pública.
El superintendente, Ryan Walters, describió la Biblia como un “pilar histórico y cultural indispensable” y dijo que debe ser enseñada en ciertos niveles de grado.
“La Biblia es un documento histórico necesario para enseñar a nuestros niños sobre la historia de este país, para tener una comprensión completa de la civilización occidental, para tener una comprensión de la base de nuestro sistema legal”, dijo el Sr. Walters, un republicano, en su anuncio, añadiendo que “cada maestro, cada aula en el estado tendrá una Biblia en el aula”.
Es probable que la directiva sea impugnada en los tribunales y podría provocar el último enredo sobre el papel de la religión en las escuelas públicas, un tema que cada vez adquiere más prominencia nacional.
“¿La base de nuestro sistema legal”? “¿Un ojo por un ojo”? ¿O “alimentar al hambriento”? ¿Es esta una advertencia en el Nuevo Testamento a los multimillonarios: “Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados… Pero ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo! ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados, porque tendréis hambre!” O, “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que para un rico entre en el reino de Dios.”