Más allá de señalar problemas de larga data como el acoso o el bullying, los estudiantes de hoy están denunciando comportamientos problemáticos en toda la sala de clases y en todos los rincones de la vida estudiantil.
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En los últimos cinco años, se ha derramado tinta digital infinita sobre cómo la Generación Z está remodelando el comercio, la fuerza laboral e incluso la política. Pero en la educación superior, los líderes institucionales están experimentando en carne propia cómo la Generación Z está transformando sus colegios y universidades.
Cada cohorte que llega a la mayoría de edad trae experiencias que moldean sus expectativas respecto a la educación. Sin embargo, no todas las cohortes ingresan a la universidad después de una pandemia global. No todas las clases entrantes han lidiado con cierres de escuelas secundarias a largo plazo y una crisis sanitaria.
Los estudiantes de hoy están navegando la vida universitaria después de años de aprendizaje remoto y socialización limitada en persona. También lo están haciendo en medio de movimientos por la justicia racial, la guerra en Ucrania, conflictos en Medio Oriente y un año electoral tenso en Estados Unidos.
Por un lado, esto ha exacerbado la crisis de salud mental estudiantil, hasta el punto en que todos los líderes institucionales deben reconocer la necesidad de nuevos y mejores recursos, no solo darle importancia al bienestar. Pero también ha creado un cuerpo estudiantil que es más vocal que sus predecesores, más dispuesto a tomar posición y abogar por los demás.
El mayor desafío que enfrentan los líderes hoy: aprovechar estas voces de una manera productiva y transformar la vida en el campus para mejor.
Activo, Informado y Ansioso por Ser Escuchado
Uno de los signos más reveladores de que la generación actual de estudiantes universitarios espera más es su inclinación a actuar.
Los estudiantes están solicitando reuniones con líderes del campus e informando casos de mala conducta a un ritmo más alto y con un alcance más amplio. Más allá de señalar problemas de larga data como el hazing o el bullying, están denunciando comportamientos problemáticos en toda la sala de clases y en todos los rincones de la vida estudiantil. La generación actual valora aún más el defender lo que creen que es correcto como un medio no solo de expresión, sino de cuidar a los demás.
Como señalaron recientemente los líderes de William Smith College en Nueva York, han visto un aumento innegable en los ensayos de solicitud de los estudiantes centrados en la salud mental personal y la de sus compañeros. Una encuesta de 2024 indica que más del 80 por ciento de los estudiantes universitarios están luchando emocionalmente hasta cierto punto. Para los jóvenes adultos que pasaron parte de sus años formativos en una pandemia, no es de extrañar que valoren tanto protegerse mutuamente.
Los estudiantes de hoy también son una población increíblemente informada. Muchos han hecho su tarea en lo que respecta a entender las políticas del campus (especialmente en torno a la libertad de expresión), lo que moldea las conversaciones que están dispuestos a tener con el profesorado y el personal.
En ciertos aspectos, esto presenta nuevos obstáculos. ¿Cómo pueden los líderes comunicarse de manera efectiva y aclarar las políticas a un cuerpo estudiantil que ha crecido con acceso a la información a un clic de distancia? Especialmente durante momentos globales o políticos tensos, ¿cuáles son los mejores canales para crear un diálogo productivo en el campus y compartir información claramente?
Debido a que los estudiantes están tan informados, es aún más imperativo que los administradores y el personal estén preparados para estas conversaciones. Los días de improvisar han quedado atrás. La forma en que abordamos estos problemas dará forma a la vida estudiantil en los próximos años.
Repensando el Alcance del Apoyo Estudiantil
Ya sea una crisis de salud, una guerra o inestabilidad económica, siempre habrá fuerzas mayores en juego que moldeen la experiencia universitaria de un estudiante. Abordar cada problema individualmente no es sostenible. Los líderes de la educación superior deben pensar en grande y buscar cambios más holísticos para apoyar a los estudiantes de hoy y de mañana.
Algunas opciones que vale la pena considerar:
Audita tu estructura organizativa. Cuatro años después del inicio de la pandemia, se ha vuelto evidente que algunas facetas de la educación superior simplemente nunca volverán a ser como eran antes. A medida que avanzamos en este próximo capítulo, los líderes institucionales deben evaluar si el personal y los recursos orientados a los estudiantes están organizados de una manera que refleje esta nueva realidad. Por ejemplo, en la primavera de 2022, Texas Tech reorganizó su Oficina del Vicerrector, uniendo las funciones de servicios estudiantiles y vida estudiantil mientras integraba todos los equipos de apoyo centrados en la academia. Esta alineación enfatiza la función, creando en última instancia más recursos dedicados para centrarse en la experiencia diaria de los estudiantes, dentro y fuera del aula. Cuantos más guardianes tengamos para el éxito estudiantil, más podremos apoyar su bienestar físico, mental y emocional. Evalúa tus mecanismos de reporte. Es imposible diagnosticar, y mucho menos mitigar, los problemas en el campus a menos que sepas que están ocurriendo en primer lugar. ¿Tus herramientas de reporte actuales están en diferentes lugares dependiendo del problema en cuestión? Busca formas de consolidar y eliminar la incertidumbre que impide que muchos estudiantes compartan información o encuentren la ayuda específica que buscan. Invierte en la construcción de relaciones. Alinear tus equipos y reforzar tus procesos de reporte es crítico. Pero cuando se trata de apoyar a las generaciones actuales y futuras de estudiantes, nada es tan potente como las relaciones sólidas. Es esencial que los administradores de servicios estudiantiles identifiquen y construyan puentes con líderes estudiantiles en todo el campus. Preséntate lo antes posible para cultivar la confianza a lo largo de sus carreras universitarias. Y no dudes en mantener y trasladar esas relaciones a medida que nuevos administradores y líderes estudiantiles asuman sus funciones. Nutrir estas conexiones de manera proactiva facilitará la navegación de conflictos futuros, a nivel individual y grupal.
El Éxito Estudiantil no es Algo que se Deba Establecer y Olvidar
Ciertas variables siempre serán ciertas, independientemente de la generación de los estudiantes o del estado de los asuntos mundiales. Enfrentar nuevos desafíos académicos, construir vidas sociales lejos de la familia, considerar futuros caminos profesionales, son hitos atemporales de la educación superior que las instituciones deben guiar a los estudiantes.
Pero eso no significa que las estrategias y recursos que bastaron hace cinco o diez años funcionarán ahora, y mucho menos en el futuro. Los estudiantes de hoy llegan a colegios y universidades con experiencias y perspectivas compartidas distintas. Traen un nuevo conjunto de prioridades y expectativas al campus. Depende de nosotros encontrar nuevas formas de encontrarnos con ellos donde están.
Matt Gregory es el decano de estudiantes y vicerrector de vida estudiantil en la Universidad de Texas Tech.