Un miembro relativamente moderado del parlamento iraní, Masoud Pezeshkian, ha sido declarado el próximo presidente de Irán después de vencer a su rival conservador de línea dura por un margen decisivo en las elecciones presidenciales de segunda vuelta del viernes. El hombre de 69 años reemplazará a Ebrahim Raisi, quien murió en un accidente de helicóptero el mes pasado.
Los partidarios en su mayoría jóvenes de Pezeshkian salieron a las calles de la capital, Teherán, y otras ciudades para celebrar, incluso antes de que se declararan los resultados finales, cantando, bailando y ondeando las banderas verdes característico de su campaña.
Ha dado esperanza a parte de la generación más joven del país en un momento en que muchos estaban desanimados sobre su futuro. Algunos incluso estaban planeando irse del país en busca de una vida mejor en otro lugar.
Representando a la ciudad de Tabriz en el parlamento iraní desde 2008, anteriormente se desempeñó como ministro de salud del país.
En la década de 1990, perdió a su esposa y a uno de sus hijos en un accidente automovilístico. Nunca volvió a casarse y crió a sus otros tres hijos, dos hijos y una hija, solo.
Su victoria ha trastornado los planes de los fundamentalistas islámicos, que esperaban instalar a otro conservador para reemplazar a Raisi y – junto con el líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei – controlar todos los resortes del poder en Irán.
En un centro de votación en Teherán, Fatemeh, de 48 años, le dijo a la agencia de noticias AFP que había votado por el moderado porque “sus prioridades incluyen los derechos de las mujeres y los jóvenes”.
Afarin, de 37 años, que tiene un salón de belleza en Isfahán, le dijo a Reuters: “Sé que Pezeshkian será un presidente con poca influencia, pero aún así es mejor que un fundamentalista”.
Muchos votantes boicotearon la primera vuelta de votación la semana pasada, enojados por la represión en el país y la confrontación internacional que ha llevado a un aumento de las sanciones a Irán y a una creciente pobreza.
También estaban frustrados por la falta de opciones en las elecciones: de los seis candidatos que se les permitió postularse, cinco eran islamistas de línea dura.
Y había un sentimiento de desesperanza de que, con el ayatolá Khamenei teniendo la última palabra sobre la política del gobierno, hay poca posibilidad de un cambio real.
Pero en la segunda vuelta de las elecciones del viernes, parece que algunos han cambiado de opinión y han acudido a los centros de votación, muchos votando tácticamente por el señor Pezeshkian para bloquear la victoria del señor Jalili.
Este último habría reafirmado muchas políticas que han sido objeto de descontento tanto nacional como internacional, como las patrullas de la polémica policía de moralidad de Irán.
Jalili adoptó una postura antioccidental durante su campaña y criticó el acuerdo de 2015 que vio a Irán frenar su programa nuclear a cambio de un alivio de las sanciones. Los votantes estaban preocupados de que si ganaba, su presidencia pudiera haber antagonizado a Estados Unidos y a sus aliados regionales, empeorando la situación económica de Irán.
En comparación, Pezeshkian ha abogado por “relaciones constructivas” con las naciones occidentales y por revivir el acuerdo nuclear para “sacar a Irán de su aislamiento”. Ha dicho que la economía de Irán no puede funcionar con las paralizantes sanciones que actualmente se le imponen.
Una victoria de Jalili también habría señalado un cambio a una política doméstica potencialmente más dura, reforzando la exigencia de que las mujeres lleven el velo.
Pezeshkian está en contra de usar la fuerza para imponer la regla del hijab obligatorio, un tema importante en los últimos años.
Anteriormente lamentó la muerte en custodia policial de Mahsa Amini, una joven arrestada por una presunta violación de la ley. Su muerte provocó enormes protestas en todo el país, como nunca antes se había visto.
Se espera que el presidente electo asuma las riendas del poder en cuestión de días para llenar el vacío en el gobierno dejado por la repentina muerte de Raisi.
Además de impulsar la reactivación del acuerdo nuclear y aliviar las sanciones, Pezeshkian ha prometido que Irán se sumará a convenciones bancarias internacionales. Los conservadores han sido reacios a hacerlo, privando a Irán de relaciones bancarias normales con otras naciones.
También ha dicho que eliminará los extensos censores de internet de Irán.
Pero no está claro cuánta libertad política se le dará para llevar a cabo cambios significativos.