Un biólogo brasileño utilizó un método inusual para estudiar el comportamiento de mordedura de serpientes venenosas.
João Miguel Alves-Nunes del Centro de Investigación Butantan en São Paulo, Brasil, pateó ligeramente serpientes Jararaca lance – una especie de víbora ampliamente distribuida y altamente venenosa en el sureste de Brasil – más de 40,000 veces usando una bota protectora especialmente diseñada.
Sus hallazgos, publicados en la revista Scientific Reports, revelan información crucial sobre los incidentes de mordeduras de serpientes en la región, que representan una parte significativa de las 20,000 intoxicaciones reportadas anualmente en Brasil.
Las serpientes no resultaron dañadas durante las pruebas que realizó con su equipo del Centro de Investigación Butantan en São Paulo.
Alves-Nunes enfatiza la importancia de estudiar el comportamiento de las serpientes, un área generalmente pasada por alto en la investigación, especialmente en Brasil. En la mayoría de los estudios, los factores que las llevan a morder no son investigados, dice.
“Si estudias la malaria, puedes estudiar el virus que causa la enfermedad, pero si no estudias el mosquito que lo transmite, nunca resolverás el problema”, señala.
“Probé 116 animales y pisé cada uno 30 veces”. Durante la serie de pruebas, que duró varios días, pisó y pasó al lado de las serpientes un total de 40,480 veces.
Las serpientes Jararaca lancehead (Bothrops jararaca) fueron colocadas individualmente en una arena de 2 metros cuadrados en varios momentos del día. Después de un período de aclimatación de 15 minutos, Alves-Nunes, llevando una bota de seguridad, pisaba al lado de la serpiente o suavemente en su cabeza, centro del cuerpo o cola.
Informa sentirse completamente seguro, ya que ninguna de las mordeduras penetró las botas cubiertas de espuma. Sin embargo, fue mordido una vez por una serpiente de cascabel y descubrió que era alérgico tanto al antídoto como a las toxinas de serpiente, lo que resultó en una hospitalización prolongada.
Hallazgos clave sobre el comportamiento de mordedura de serpientes
El estudio encontró que las víboras Jararaca más pequeñas son más propensas a morder. Además, las serpientes hembras son generalmente más agresivas y propensas a morder, especialmente cuando son jóvenes y durante el día.
La investigación también demostró que las hembras son más propensas a morder a temperaturas más altas, mientras que los machos son menos propensos a morder por la noche, prefiriendo huir con sus cuerpos bien calentados.
Además, la probabilidad de una mordedura defensiva es significativamente mayor cuando se toca a una serpiente en la cabeza en comparación con el centro del cuerpo o la cola.
Implicaciones para la distribución de antivenenos
Los investigadores esperan que sus hallazgos mejoren la distribución de los antivenenos, que a menudo se asignan a hospitales más grandes, lo que requiere que algunos pacientes viajen largas distancias después de ser mordidos.
“Al combinar nuestros datos con otros estudios sobre la distribución de serpientes, podemos identificar áreas donde las serpientes son más propensas a ser agresivas”, dice Alves-Nunes.
Estas ideas buscan mejorar las respuestas de salud pública y garantizar que los antivenenos estén disponibles donde más se necesitan, potencialmente salvando vidas y reduciendo la carga en los sistemas de salud.
“Por ejemplo, las ubicaciones más cálidas con una mayor proporción de serpientes hembra deberían ser priorizadas para la distribución de antivenenos”.