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El gobierno de Keir Starmer podría enfrentar una serie de problemas de seguridad, desde una guerra en Líbano hasta Rusia ganando en Ucrania.
A simple vista, la cumbre de la OTAN de la semana pasada en Washington ha cumplido con los requisitos. La alianza puede demostrar que es más grande y más fuerte que nunca, su apoyo militar a Ucrania parece intacto y acaba de enviar un mensaje contundente a China para que deje de apoyar secretamente la guerra de Rusia en Kyiv.
El nuevo gobierno de Sir Keir Starmer ha tenido la oportunidad de posicionarse como pieza clave en la alianza transatlántica en un momento en que la incertidumbre política se cierne sobre la Casa Blanca y gran parte de Europa.
Sin embargo, en el Reino Unido, las prioridades para este nuevo gobierno son apremiantes: la economía, la vivienda, la inmigración, el NHS, por mencionar algunas.
Pero las amenazas y escenarios no deseados a menudo tienen la costumbre de aparecer y perturbar los mejores planes trazados.
Entonces, ¿qué podría venir en el futuro durante la vida de este nuevo gobierno del Reino Unido?
Guerra en Líbano
No hay sorpresas aquí, este tema está en el radar de todos. Pero eso no lo hace menos peligroso, para Líbano, Israel y todo el Medio Oriente.
“La posibilidad de una invasión a gran escala de Israel en Líbano este verano debería estar en la parte superior del registro de riesgos geopolíticos del nuevo gobierno”, según el profesor Malcolm Chalmers, subdirector general del think tank Whitehall, el Instituto Real de Servicios Unidos (RUSI).
Con el conflicto continuando en Gaza y los ataques de los huthis a los envíos en el Mar Rojo, el Prof. Chalmers cree que “podríamos estar entrando en un período de guerra multifrente sostenida en la región, para la cual ni Israel ni sus socios occidentales estarán preparados”.
Desde el ataque liderado por Hamas en el sur de Israel el 7 de octubre del año pasado, ha habido temores de que la campaña militar subsiguiente de Israel en Gaza pueda escalarse a través de las fronteras en una guerra regional a gran escala.
La frontera norte problemática de Israel con Líbano es donde existe el mayor riesgo de que se encienda tal guerra.
Los intercambios diarios de disparos en esta frontera, entre las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) y Hezbollah, la milicia chiíta respaldada por Irán, ya han resultado en cientos de muertes, en su mayoría en Líbano.
Más de 60,000 israelíes se han visto obligados a abandonar sus hogares y medios de vida en el norte y un número aún mayor de personas en el lado libanés.
La presión interna está aumentando para que el gobierno israelí “se ocupe” de Hezbollah empujando sus fuerzas al norte del río Litani de Líbano, desde donde tendrían menos posibilidades de enviar cohetes a Israel.
“No queremos ir a la guerra”, dice el teniente coronel Nadav Shoshani de las IDF, “pero no creo que ningún país pueda aceptar a 60,000 de sus ciudadanos desplazados. La situación tiene que terminar. Nos gustaría que fuera una solución diplomática, pero la paciencia de Israel se está agotando”.