Pro-Trump scholars have a median h-index of 6, which is significantly lower than the median h-index of 18 for anti-Trump scholars. The h-index is a measure of both the productivity and impact of a scholar’s publications.
Swartz acknowledges that the sample size of his study is small and that the findings are preliminary. However, he argues that the differences between pro- and anti-Trump academics are significant and worth further exploration. The book provides a starting point for understanding the dynamics of political diversity within academia and the strategies employed by scholars to navigate and influence the academic field.
As Swartz concludes, the existence of pro-Trump academics challenges simplistic narratives about the political homogeneity of academia. The diversity of views within academia, even on contentious political issues like Trump, highlights the complexity of intellectual and social dynamics within the academic world.
El autor encuentra que los críticos conservadores de Trump tienen un puntaje h-index promedio “casi dos veces más alto que para los Trumpistas … Cinco anti-Trumpistas tienen puntajes h-index de 24 o más”. (Lo que se considera un alto h-index varía entre disciplinas, pero una discusión informal en línea entre científicos políticos sugiere que se esperaría un puntaje de 20 para la promoción a profesor titular en una universidad de investigación 1). Se pueden encontrar algunos puntajes h-index altos “entre los Trumpistas, pero ninguno de estos se acerca a los puntajes altos de los cinco anti-Trumpistas … En el extremo opuesto, varios Trumpistas tienen puntajes h-index extremadamente bajos (2 y 3). Entre los anti-Trumpistas, solo dos tienen puntajes muy bajos.”
Estas desigualdades podrían tener varias explicaciones e implicaciones, y solo representan parte del campo que se puede extraer de los datos. Más sobre eso en la columna del próximo viernes.
Scott McLemee es el columnista de “Asuntos Intelectuales” de Inside Higher Ed. Fue editor colaborador de la revista Lingua Franca y escritor senior de The Chronicle of Higher Education antes de unirse a Inside Higher Ed en 2005.