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John Oliver hizo un repaso de la carrera presidencial estadounidense y del estado de los asentamientos israelíes ilegales en Cisjordania el domingo por la noche. El presentador de Last Week Tonight se metió con JD Vance, compañero de fórmula de Donald Trump y “Ron DeSantis de los Grandes Lagos”, que no está teniendo buenos resultados en las encuestas.
El senador de Ohio “es tan malo”, dijo Oliver, que internet se volvió loco con un tuit de broma que decía que era la primera elección de vicepresidente que había admitido en un libro superventas “tener relaciones sexuales con un guante de látex del revés metido entre dos cojines de un sofá, con una cita de un número de página de su memorias”.
Eso no está en el libro de Vance Hillbilly Elegy, enfatizó Oliver, “pero creo que la razón por la que se difundió tan rápido podría ser que, en primer lugar, nadie leyó ese maldito libro, y en segundo lugar, fue increíblemente fácil de creer, porque si me pides que dibuje a un hombre que se acuesta con su sofá, 10 de cada 10 veces, estaré dibujando a este tipo”, bromeó. “Si me pides que juegue a dos verdades y una mentira con este hombre, antes de que abra la boca, gritaría, ‘¡La verdad es que se acuesta con su sofá!’ Porque nunca he visto a alguien con más energía de sofá-follador”.
“Se ve como si hubiera visto la entrevista de Tom Cruise y Oprah y estuviera celoso de los zapatos de Tom”, continuó Oliver. “Si me dijeras que su primer amor de famoso fue el sofá de plástico de Everybody Loves Raymond, te creería sin dudarlo. Si me dijeras que la razón por la que encuentras monedas entre los cojines del sofá es porque JD Vance siempre deja propina, diría, ‘Sí, eso suena correcto'”.
Oliver también hizo referencia a la decisión de la Associated Press de verificar el tuit con un titular: “No, JD Vance no tuvo relaciones sexuales con un sofá”. El sitio de noticias posteriormente eliminó el artículo con la explicación de que la historia no cumplía con su “proceso estándar de edición”.
“No es de extrañar que no lo hiciera, porque hay un problema obvio con ese titular original”, dijo Oliver. “Y la razón por la que sé eso es porque nos importan mucho los hechos y la redacción precisa en este programa. Así que te puedo decir que no puedes afirmar definitivamente ‘JD Vance no tuvo relaciones sexuales con un sofá’. Puedes decir que no escribió sobre eso en su libro porque eso es comprobable, pero eso no es lo mismo que afirmar que nunca se acostó con un sofá, especialmente porque no lo ha negado oficialmente”.
El personal de Oliver, reveló, intentó contactar a la campaña de Vance esta semana; cuando se le preguntó por teléfono si alguna vez había tenido relaciones sexuales con un sofá, el portavoz colgó, “lo cual es, y esto es crítico, ¿no es un ‘no’, verdad”? Oliver se rió.
“¿Quién sabe a dónde va esto?”, se preguntó. “Las noticias se están moviendo tan rápido en este momento: la Convención Nacional Republicana fue la semana pasada, hace solo dos semanas que dispararon a Trump y hay tantas variables entre aquí y noviembre. No sabemos quién será la elección de vicepresidente de Kamala. No sabemos qué candidato mantendrá el impulso. La carrera es imposible de predecir. Pero… hasta que nos diga lo contrario, voy a asumir que JD Vance se acostó con un sofá”.
Para su segmento principal, Oliver se centró en el conflicto israelí-palestino en Cisjordania, que contiene 3 millones de palestinos, así como sitios sagrados para cristianos, judíos y musulmanes. Cisjordania es “para decirlo suavemente, una parte crítica de la lucha más amplia entre israelíes y palestinos”, dijo Oliver. “Es importante entender lo que está sucediendo allí, tanto porque está intrínsecamente relacionado con el destino de cualquier posible proceso de paz como porque las cosas allí han empeorado exponencialmente”.
Oliver se refirió en particular a décadas de asentamientos israelíes en Cisjordania en tierras palestinas robadas, a menudo subsidiados por el gobierno israelí. “Todo el proyecto de asentamientos ha sido masivamente alentado por el gobierno israelí hasta tal punto que es difícil argumentar que vivir en uno es una elección apolítica. Construir en tierras robadas es un acto inherentemente político. También, por lo que vale, es una infracción de derechos de autor”, dijo junto a una imagen de la bandera estadounidense.
Aunque hay asentamientos “legales” e “ilegales” según la ley israelí, todos son ilegales según el derecho internacional. Israel sostiene que si la tierra palestina no se cultiva durante tres años, Israel asume la propiedad. Pero el país también controla los permisos de construcción en Cisjordania, y rechaza el 95% de las solicitudes palestinas. “Así que no es que los palestinos no quieran usar la tierra, es que a menudo no se les permite, lo cual es diferente”, dijo Oliver. “Es lo mismo que, no es que JD Vance no quiera ayudarte a mudarte, es solo que no se le permite estar a menos de 50 pies de un sofá de tres piezas”.
Oliver también mencionó la “historia de silencio, evasión y complicidad” por parte del ejército israelí en los ataques de colonos contra palestinos. Un grupo de derechos civiles israelí que examinó 1,600 casos de violencia de colonos en Cisjordania encontró que solo el 3% terminó en condena. Citó a un ex general israelí que calificó la situación de “apartheid total”.
“La dignidad humana tiene que ser un requisito previo para negociar cualquier cosa”, dijo Oliver, citando al ex alcalde de Ramallah Musa Hadid. “Y los palestinos en Cisjordania tienen su dignidad desafiada cientos de veces al día. Desde tener botellas de cerveza arrojadas a la cabeza, ser detenidos por patadas cerca de las vallas, ser detenidos al cruzar puntos de control en ambulancias, tener sus hogares robados, derribados y mucho, mucho peor. Y para ser claro, la dignidad es el comienzo absoluto de esto. Lo que se requiere es justicia”.
Oliver invocó el lema a menudo dicho después del Holocausto “Nunca más”, que ha “estado siempre abierto a dos interpretaciones. Está la que significa que esto nunca volverá a suceder al pueblo judío, y la que significa que esto nunca volverá a suceder a ningún pueblo, en ningún lugar. Y en Cisjordania, al igual que en Gaza en este momento, está bastante claro cuál ha sido la favorita del gobierno israelí”.
Hizo un llamado al gobierno de EE. UU. a poner condiciones a los miles de millones de ayuda militar enviada a Israel, dejar de vetar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU críticas con Israel y “decir lo que es evidente para todos: estos asentamientos no son solo ilegítimos o incluso simplemente ilegales. Son inmorales. Y no solo deberíamos decir eso, deberíamos actuar en consecuencia”.
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