Visión general:
El aprendizaje de los estudiantes es un esfuerzo práctico centrado en adquirir información y las habilidades para usarla y lograr metas específicas.
Las evaluaciones longitudinales de los logros académicos de los estudiantes de prekínder a 12º grado muestran un progreso mínimo desde el ya famoso informe A Nation at Risk (1983), que advirtió que “los cimientos educativos de nuestra sociedad están siendo erosionados por una creciente marea de mediocridad que amenaza nuestro futuro como nación y como pueblo”. Lo que hace aún más preocupantes estas evaluaciones es el incansable esfuerzo por mejorar la educación escolar, al menos desde principios de la década de 1980. ¿Podría ser que generaciones de maestros y estudiantes en todo el país hayan sido engañados por las constantes reformas escolares para buscar la educación en la dirección equivocada? La respuesta corta es “¡sí!” El aprendizaje de los estudiantes es un esfuerzo práctico centrado en adquirir información y las habilidades para usarla y lograr metas específicas. Sin embargo, las reformas escolares han estado promoviendo una noción engañosamente estrecha de estudio académico que se enfoca en adquirir conocimientos de contenido pero ignora el propósito práctico que se pretende cumplir.
Propósito práctico del aprendizaje de los estudiantes
Considere, por ejemplo, una lección de ciencias de quinto grado sobre la fuerza gravitacional de la Tierra. En numerosos distritos escolares de los Estados Unidos, los maestros siguen los Estándares de Ciencias de la Próxima Generación y centran su plan de lecciones en la idea principal de que “la fuerza gravitacional de la Tierra actuando sobre un objeto cerca de la superficie de la Tierra tira de ese objeto hacia el centro del planeta”. Esta idea está destinada a resolver el problema de explicar cómo los cuerpos inerciales cambian su velocidad y dirección.
Como fue desarrollado originalmente por Isaac Newton, la idea era parte del esfuerzo por desarrollar una teoría unificada y cuantitativa que explicara el movimiento de los cuerpos celestes y terrestres. Sin embargo, los estudiantes a los que no se les enseña que la idea de la fuerza gravitacional está destinada a cumplir estos propósitos probablemente la consideren una mera declaración de hecho. Para dar sentido a la idea, utilizan sus habilidades lingüísticas y experiencia, pensando, tal vez, que la Tierra tiene un brazo oculto con el que tira de los objetos hacia su superficie, o que los tira de una manera análoga a la forma en que un camión tira de un carrito. O pueden darse cuenta de que simplemente no saben cómo conciliar sus experiencias cotidianas de mecanismos de tracción con la idea científica de la gravedad y eligen simplemente memorizarla para un próximo examen.
La pedagogía del aprendizaje
El desprecio pedagógico por el propósito del aprendizaje de ideas (y otros tipos de información) que se pretende cumplir es análogo a tener a los estudiantes examinar una herramienta sin prestar atención a su uso. Los estudiantes inevitablemente obtienen una comprensión limitada de la información. Desarrollan el hábito de asimilar nuevas ideas al conocimiento que ya tienen en lugar de aplicar su conocimiento y habilidades para aprender cómo las nuevas ideas les permiten alcanzar nuevos objetivos. Su progreso académico se ve socavado, su motivación para participar en la vida académica disminuye y se alejan de la cultura académica que representa la educación escolar.
La comprensión de lectura es crítica
La comprensión de lectura es el área más crítica en la que la evasión pedagógica del propósito previsto de la información socava la educación de los estudiantes. En nuestra sociedad, la lectura es, sin duda, una habilidad indispensable para beneficiarse de los logros científicos, humanísticos y de artes del lenguaje. Sin embargo, según la Evaluación Nacional del Progreso Educativo 2022, dos tercios de los estudiantes de 4.º y 8.º grado no pueden leer de manera competente, y evaluaciones nacionales anteriores muestran que el nivel de competencia lectora de los estudiantes apenas ha aumentado desde la década de 1970.
Entre los diversos factores que contribuyen a la mediocridad crónica de las habilidades de lectura de los estudiantes, uno ha sido perpetuado por los esfuerzos para reformar la pedagogía de la lectura. Los enfoques pedagógicos comunes se centran en desarrollar las habilidades lingüísticas, el pensamiento crítico y la capacidad de utilizar sus conocimientos previos para construir una representación mental de los eventos, situaciones o escenas representadas en el texto. Tener una representación mental que permita a los estudiantes responder correctamente a preguntas sobre el contenido textual es comúnmente considerado por los expertos en lectura como una indicación de una adecuada comprensión lectora.
Los textos son comunicación interpersonal
Sin embargo, los textos no son meros transmisores de información. Son, ante todo, medios de comunicación interpersonal y, como tales, están destinados a afectar las emociones y comportamientos de los lectores. Un chiste, por ejemplo, está destinado a hacer reír a las personas, y la escena que representa es un medio para ese fin. Como sugiere el ejemplo de enseñar sobre la fuerza gravitacional de la Tierra, un texto informativo no simplemente establece algunos hechos.
Más bien, está destinado a proporcionar a los lectores los medios conceptuales para examinar o explicar más a fondo hechos desde un punto de vista particular, resolver un problema, guiar el comportamiento, desarrollar una tecnología o explicar la justificación detrás de una política. Y un texto literario no es simplemente una obra de ficción. Más bien, transmite una situación imaginaria para permitir a los lectores reflexionar desde una nueva perspectiva sobre sus propios comportamientos y vidas, obtener nuevas ideas sobre situaciones y problemas sociales, o simplemente entretenerse y escapar por un momento de sus estresantes vidas diarias. La pedagogía de la lectura insta a los estudiantes a construir el significado del texto, pero emplea una noción engañosamente estrecha de significado que socava la capacidad de los estudiantes para comprender lo que el texto está destinado a lograr.
Para cuando los niños alcanzan la edad escolar, su comportamiento en casa y en su comunidad demuestra que saben cómo encontrar información y comunicarse con otros para alcanzar sus metas cotidianas. Van a la escuela para desarrollar su capacidad para promover su bienestar como individuos y miembros de la sociedad. Pero la visión engañosa de la información de la pedagogía escolar, especialmente en el contexto de que los estudiantes aprendan a leer y lean para aprender, obstaculiza el esfuerzo por proporcionar a los estudiantes la educación que necesitan.
Pedagogía orientada a lo práctico
Lo que las escuelas necesitan, entonces, no es someterse a otra reforma, sino proporcionar una pedagogía más orientada a lo práctico centrada en el aprendizaje de los estudiantes que ayude a los estudiantes a aprender a valorar y beneficiarse del patrimonio cultural que el plan de estudios pone a su disposición.