Una boxeadora italiana renunció a su pelea en los Juegos Olímpicos de París después de solo 46 segundos el jueves, negándose a continuar peleando contra una oponente argelina cuya presencia en la competencia femenina se ha convertido en el último punto de conflicto en el debate sobre género y deportes.
La boxeadora italiana, Angela Carini, se retiró después de que su oponente argelina, Imane Khelif, lanzara un golpe poderoso que parecía golpear a Carini en la cara, haciendo que su cabeza se moviera hacia la izquierda. Carini se detuvo por un momento, levantó su guante izquierdo, le dio la espalda a Khelif y caminó hacia su esquina. Sus entrenadores señalaron rápidamente que no continuaría, y el árbitro detuvo la pelea.
Khelif fue permitida pelear en los Juegos Olímpicos a pesar de que había sido excluida de algunas competencias femeninas por no cumplir con los requisitos de elegibilidad para competir en eventos femeninos. Otro atleta también excluido de eventos femeninos anteriores, Lin Yu-ting, también ha sido autorizado para pelear en París.
Carini se negó a estrechar la mano de Khelif después de que esta última fue declarada ganadora después de su breve pelea. Carini luego cayó de rodillas en el ring y comenzó a llorar.
“Estoy destrozada”, dijo Carini a los reporteros después. “Fui al ring para honrar a mi padre. Me dijeron muchas veces que era una guerrera, pero preferí detenerme por mi salud. Nunca he sentido un golpe como este”.
Añadió: “Entré al ring para pelear. No me rendí, pero un golpe me dolió demasiado y dije, ‘Basta’. Me voy con la cabeza en alto”.
Carini se negó a decir si Khelif debería haber sido permitida pelear.
“No soy nadie para juzgar esta pelea”, dijo. “No soy una árbitra”.
El Comité Olímpico Internacional ha enfrentado preguntas cada vez mayores sobre la participación de las dos boxeadoras, pero ha dicho que ambas atletas fueron autorizadas a pelear bajo las reglas de la competencia. Mark Adams, el portavoz principal del COI, dijo el jueves que las dos luchadoras no eran atletas transgénero y no deberían ser descritas como tal.
El problema de atletas con características masculinas y atletas transgénero compitiendo en deportes femeninos es un tema controvertido, con algunos oponentes y activistas exigiendo que los deportes femeninos sean exclusivamente reservados para mujeres biológicas. El Sr. Adams dijo que tanto Khelif como Lin se identifican como mujeres en sus pasaportes.
“Todos los que compiten en la categoría femenina cumplen con las reglas de elegibilidad de la competencia”, dijo el Sr. Adams.
La Asociación Internacional de Boxeo, el antiguo organismo rector del boxeo amateur pero que el cuerpo olímpico ya no reconoce, emitió su propia declaración para explicar por qué había excluido a las dos atletas el año pasado.
Dijo que Khelif y Lin habían sido descalificadas de los campeonatos mundiales en 2023 después de no cumplir con los criterios de elegibilidad para eventos femeninos, agregando que la decisión se tomó “después de una revisión meticulosa, fue extremadamente importante y necesaria para mantener el nivel de justicia y la máxima integridad de la competencia”.
Dijo que las atletas “no se sometieron a un examen de testosterona, pero fueron sometidas a una prueba separada y reconocida”. No está claro en qué consistió esa prueba, o cómo fueron consideradas inelegibles debido a ella.
La renuncia provocó fuertes reacciones en Italia, donde la primera ministra, Giorgia Meloni, pidió que se impida a los atletas con “características genéticas masculinas” competir en deportes femeninos.
“Fue una pelea que no parecía estar en igualdad de condiciones”, dijo Meloni a los reporteros. Añadió que se debe tener cuidado “para no discriminar en el intento de no discriminar”.
“Los atletas con características genéticas masculinas no deberían ser admitidos en competiciones femeninas”, agregó.
Esta es la primera vez que la competencia de boxeo enfrenta preguntas tan directas en los Juegos Olímpicos. Anteriormente, el COI permitió a las federaciones internacionales de deportes diseñar sus propias reglas de elegibilidad, lo que llevó a una variedad de resultados.
La corredora Caster Semenya, una ex campeona olímpica, y otros atletas están efectivamente excluidos del atletismo porque tienen niveles de testosterona en el rango masculino. Una levantadora de pesas transgénero, Laurel Hubbard, fue permitida competir en los Juegos de Tokio en 2021 pero no logró completar un levantamiento. La nadadora transgénero Lia Thomas, una estadounidense, perdió una demanda legal para intentar clasificarse para París bajo las reglas de su deporte.
Pero para el boxeo es el COI quien decide después de determinar que ya no podía reconocer al cuerpo que solía supervisar el boxeo olímpico, la A.I.B.A., que antes se conocía como la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado.
Los deportes han estado luchando por encontrar un resultado justo para atletas de todos los géneros desde un fallo en 2019 del máximo tribunal en deportes abrió la puerta a la participación de atletas intersexuales después de una década de intenso debate y litigios.
Tom Virgets, quien era director ejecutivo del organismo rector mundial del boxeo aficionado en ese momento, lo describió como “abrir la caja de Pandora”.
Virgets dijo que era ampliamente aceptado que la testosterona crea una ventaja injusta para ciertos boxeadores, porque les proporciona fuerza y resistencia adicionales, pero dijo que investigar y cuantificar la ventaja requeriría pruebas extensas.
Tanto Khelif como Lin —quien representa al equipo de Taiwán al que el COI llama Chino Taipei, y que está programada para pelear contra Sitora Turdibekova de Uzbekistán en una pelea de peso pluma el viernes— fueron sometidas a pruebas de ADN, según el presidente de la Asociación Internacional de Boxeo, Umar Kremlev. Dijo que la prueba “demostró que tenían cromosomas XY y, por lo tanto, fueron excluidas” de los campeonatos mundiales. XY es el cromosoma masculino.
Según la asociación de boxeo, Khelif apeló inicialmente su descalificación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo “pero retiró la apelación durante el proceso, lo que hizo que la decisión de la A.I.B.A. fuera legalmente vinculante”. Lin no impugnó su decisión.
Emma Bubola contribuyó con información desde Roma y Emmanuel Morgan desde París.