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Al igual que muchas personas, Carl Behnke lleva regularmente una botella de agua consigo durante todo el día para asegurarse de permanecer hidratado. Desde la oficina hasta el gimnasio y de regreso a casa, Behnke rara vez se separa de ella. Pero Behnke también es profesor asociado en la escuela de administración de hospitalidad y turismo de la Universidad de Purdue, y cuando descubrió un “biofilm” en el interior de su botella de agua mientras la limpiaba, se le encendió la chispa de la curiosidad. “Me di cuenta de que probablemente no era tan diligente al limpiar mi botella de agua como debería ser”, explica. “Y eso me hizo preguntarme: si alguien que conoce sobre seguridad alimentaria no es diligente, ¿qué pasa con los demás?”
Esa pregunta llevó a un estudio, realizado por Behnke y un grupo de académicos y científicos, sobre cómo los niveles de contaminación de las botellas reutilizables se ven afectados por los comportamientos de uso y limpieza. Si bebes regularmente agua de una botella reutilizable, sus hallazgos podrían hacerte reconsiderar tus propias prácticas de manejo de botellas de agua.
Cambia tus hábitos
Aunque llevar una botella de agua reutilizable durante todo el día es saludable para ti y bueno para el medio ambiente, descuidar su cuidado podría tener algunas consecuencias negativas. “¿Lavas tus platos después de la cena?” pregunta Behnke. “Sí. Pero con las botellas de agua, a menudo las llevamos a todas partes y no las limpiamos adecuadamente”.
Puede que enjuagues tu botella, pero si no la lavas correctamente tan a menudo como deberías, te sorprendería lo que podría estar creciendo en la superficie y en el interior. El estudio consistió en dos secciones de encuestas completadas por usuarios de botellas de agua. El primer conjunto de preguntas se centró en el tipo y la edad de la botella que usaban, lo que ponían dentro de ella (agua, bebidas energéticas, etc.) y la frecuencia de uso. La segunda sección se enfocó en los comportamientos de limpieza, desde el método hasta la frecuencia.
Esencialmente, según Behnke, el uso típico de las botellas de agua tiene todos los ingredientes para fomentar el crecimiento bacteriano: humedad, contaminación y, a menudo, temperaturas cálidas. La Dra. Yuriko Fukuta, profesora asistente de medicina e infecciones en el Baylor College of Medicine, está de acuerdo. “Constantemente estamos tocando nuestras botellas de agua con nuestras bocas y manos, por lo que es fácil transmitirles bacterias, y luego simplemente crecen”, dice. “En algunos casos, esto puede hacerte enfermar, especialmente si tienes un sistema inmunológico más débil”.
Fukuta sugirió que las bacterias podrían incluir estafilococos o estreptococos. Y hay esto, del estudio en cohortes: “Más del 20% de nuestras muestras tenían bacterias coliformes, que es materia fecal”, dice Behnke.
Cuidado y limpieza adecuados para las botellas de agua
Si toda esa bacteria te hace querer hacer lo correcto con tu botella de agua, hay algunos consejos a seguir:
Mantente solo con agua en tus botellas para disminuir el crecimiento bacteriano. Las bebidas energéticas, el té u otros polvos y aditivos solo aumentarán la probabilidad de crecimiento bacteriano.
Mantén tus botellas de agua fuera de lugares donde puedan calentarse. “No dejes tu botella de agua dentro de tu coche y luego bebas de ella”, dice Fukuta. “Las altas temperaturas y el tiempo aceleran el crecimiento de gérmenes”.
Enjuágala después de cada uso diario, recomienda Behnke.
Lávala a fondo una vez a la semana, preferiblemente a mano y con un cepillo especial para botellas. Cuando termines, déjala boca abajo en un estante para secar completamente, no guardes tus botellas húmedas.
Evita compartir botellas de agua con otras personas. “Si es tu saliva y solo agua, no es gran cosa”, dice Behnke. “Pero si compartes, estás introduciendo otros contaminantes”.
El mejor tipo de botella de agua para mitigar el crecimiento bacteriano
Según Fukuta, tus mejores opciones son botellas con una boca ancha, que facilitan su limpieza y secado, así como aquellas con una pajita incorporada que mantienen tus manos alejadas en la medida de lo posible.
Si tu objetivo es evitar que tu botella de agua se convierta en un criadero de gérmenes, el enfoque más sencillo es el de Behnke, que cambió después de realizar la investigación. “Enjuago mi botella una vez al día”, dice, “y la lavo una vez a la semana, usando un buen detergente, un cepillo para botellas y un rociado de lejía Clorox”.
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