El Breakdance se anunció como deporte olímpico en París, haciendo un debut memorable impulsado por un ritmo de fondo. El tiempo dirá si el deporte – más bien una forma de arte – se convertirá en un elemento básico olímpico, pero no le faltó exposición en estos Juegos.
La competencia llegó a su fin el sábado con el evento masculino en el que Phil Kim de Canadá, conocido como Wizard, se llevó la medalla de oro. Danis Civil de Francia, conocido como Dany Dann, ganó la plata y el estadounidense Victor Montalvo, conocido como B-Boy Victor, se llevó el bronce.
La primera medalla olímpica en breakdance se entregó el sábado por la noche a Ami Yuasa de Japón, conocida como B-Girl Ami. Dominika Banevic de Lituania, conocida como B-Girl Nicka, obtuvo la plata, y Liu Qingyi de China, conocida como B-Girl 671, se llevó el bronce. Ese podio diverso muestra lo lejos que ha llegado el breakdance, nacido en el Bronx en la década de 1970, se ha extendido globalmente.
Si bien no todos recibieron críticas positivas, los breakers fueron recibidos con aplausos generosos y una curiosidad sincera en La Concorde en París. Los anfitriones del evento, de pie en el centro de un escenario construido para parecer un disco, repetían un estribillo cada pocos minutos. “Estás presenciando historia”, decían.
Es difícil decir cómo se evaluará el éxito del breakdance en estos Juegos. El evento no volverá a los Juegos en Los Ángeles en 2028, pero podría reaparecer en futuras Olimpiadas. Para entonces, una nueva generación tendrá que poner su propio toque en el deporte.