No desde Arctic Monkeys ha evolucionado tan rápidamente el sonido de una banda indie de la lista A como el de Fontaines DC, un quinteto de Dublín radicado en Londres, desde los estilos crudos y post-punk del debut Dogrel en 2019 hasta la paleta rica y expansiva de este cuarto álbum. En el camino, sus inspiraciones se han vuelto progresivamente menos parroquiales, la obsesión por su ciudad natal dando paso a relatos de la diáspora irlandesa en Skinty Fia de 2022, y ahora Romance, en el que realmente trascienden la mera nacionalidad.
Es un disco enormemente impresionante que rebosa de momentos destacados, con las siempre intrigantes letras de Grian Chatten (“No siento nada en el mundo moderno/ Y no me siento mal”) aún más realzadas por arreglos consistentemente imaginativos. Starburster y Here’s the Thing tienen una irresistible franqueza, canciones que apelan tanto a las caderas como al cerebro. Favourite es su canción más bonita hasta la fecha, situándose en algún lugar entre Felt y The Cure y construida sobre una hermosa línea de guitarra.
La banda es igual de potente cuando la intensidad baja un poco, como en la melancólica Horseness Is the Whatness. Su álbum más abierto, más completo, más gratificante hasta la fecha.