BRASILIA, Brasil (AP) —
Brasilia, la capital modernista de Brasil, se despertó los últimos dos días para encontrar sus edificios icónicos envueltos en aire humeante. La parte central del país es solo la última región afectada por el humo proveniente de incendios en la selva amazónica, la sabana del Cerrado, el humedal del Pantanal y el estado de Sao Paulo.
La crisis de la niebla llevó al presidente Luiz Inácio Lula da Silva a visitar el centro nacional de monitoreo de incendios de Brasil en Brasilia el domingo por la tarde. “No se detectaron incendios causados por rayos. Esto significa que la gente está provocando incendios en el Amazonas, el Pantanal y especialmente en el estado de Sao Paulo,” dijo. Su gobierno se comprometió a intensificar la lucha contra incendios e investigaciones para identificar a los culpables.
Los alertas de incendios hasta ahora este mes totalizan casi 3,500 en el estado del sureste de Sao Paulo — la mayor cantidad registrada en cualquier mes desde que comenzó la recolección de datos en 1998. Más de la mitad de esos incendios ocurrieron el 23 de agosto, levantando la sospecha de un ataque coordinado. La niebla provocó que 48 ciudades declararan alerta roja. La buena noticia fue que un frente frío el lunes trajo temperaturas en descenso y lluvias, extinguiendo todos los incendios, dijo el gobierno del estado.
En Brasilia, el índice de calidad del aire alcanzó un nivel muy insalubre el domingo por la noche, según el instituto de medio ambiente de Brasilia. Esta es la primera vez que la agencia estatal registra una alerta de niebla desde su creación en 2007. Se cancelaron eventos públicos y el aeropuerto de la ciudad cercana de Goiania estuvo cerrado durante algunas horas.
Ciudades amazónicas como Manaus, Porto Velho y Rio Branco han estado sofocadas por el humo durante varias semanas pero han recibido menos atención oficial y mediática. Esto se debe en parte a que es una ocurrencia anual.
“Se necesitó que el humo y la hollín del Amazonas y el Cerrado invadieran los pasillos del palacio presidencial para que el gobierno federal despertara,” dijo Altino Machado, un periodista con sede en Rio Branco que ha estado escribiendo sobre el medio ambiente durante cuatro décadas, a The Associated Press.
En el estado de Sao Paulo, dos empleados que trabajaban en una planta industrial fallecieron el viernes mientras intentaban combatir un incendio. Además, un total de 59,000 hectáreas (146,000 acres) de plantaciones de caña de azúcar fueron destruidas, según una asociación de productores. En el Amazonas, un bombero federal de la brigada también falleció el lunes mientras trabajaba en el Territorio Indígena Capoto Jarina.
La niebla que cubrió el estado de Sao Paulo y Brasilia se originó parcialmente en el Amazonas, el Pantanal y el Cerrado, según Karla Longo, una investigadora que monitorea el humo en el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, una agencia federal. Longo dijo que los cambios en las condiciones climáticas son la principal razón por la que el humo llegó a estas regiones.
Durante los meses más secos de agosto y septiembre, cuando los incendios forestales y la deforestación alcanzan su punto máximo, la niebla se extiende típicamente hasta 5 millones de kilómetros cuadrados (1.9 millones de millas cuadradas), viajando de este a oeste y luego hacia el sur después de golpear la cordillera de los Andes. A principios de este mes, llegó a Rio Grande do Sul, el estado más al sur de Brasil.
Sin embargo, la llegada de un frente frío desplazó la niebla hacia el estado de Sao Paulo, que ya estaba experimentando un número récord de incendios, y luego se extendió a la región de Brasilia, dijo Longo.
La investigadora también dijo que el número de incendios forestales en Brasil este año no está fuera de lo normal. Sin embargo, señaló que las áreas quemadas son más grandes que el promedio. De enero a julio, un área del tamaño de Italia había ardido — un 64% más grande que en el mismo período del año pasado, según datos oficiales. Los incendios se utilizan tradicionalmente como el último procedimiento para la deforestación y el manejo de pastizales.
Casi la mitad de las emisiones de carbono de Brasil provienen de la deforestación. El país es el quinto mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, con casi el 3% de las emisiones globales, según Climate Watch, una plataforma en línea gestionada por el Instituto de Recursos Mundiales.
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El escritor de AP David Biller en Río de Janeiro contribuyó a este informe.
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