Durante un debate crucial en las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2020, un candidato parecía dominar el escenario. Interrumpió a sus rivales en momentos estratégicos, a veces hablando por encima de ellos.
Directamente enfrentó a un oponente, Joe Biden, generando titulares durante días y haciendo que los críticos se preguntaran si habían violado algún tipo de decoro político no dicho.
Sin embargo, ese candidato no era Donald Trump. Era Kamala Harris.
El 10 de septiembre, la Sra. Harris volverá a subir al escenario de debate. Pero esta vez, habiendo ido un paso más allá en 2020 al convertirse en la candidata demócrata a la presidencia, se enfrentará a Trump en un enfrentamiento que plantea el desafío más difícil de su campaña hasta el momento.
Los debates han desempeñado un papel importante en la carrera política de la Sra. Harris, desde su candidatura para fiscal general de California hasta su ascenso a la vicepresidencia. Al ver cuatro de sus debates clave, es claro que la Sra. Harris sabe cuándo aprovechar el protagonismo, pero también cuándo quedarse al margen mientras un rival se inflige un golpe a sí mismo.
La Sra. Harris espera utilizar estos instintos contra el notoriamente combativo Trump. Su campaña también querrá disipar las preocupaciones de larga data sobre sus habilidades de mensajería política que comenzaron con su fallida postulación a la Casa Blanca en 2020 y se vieron acentuadas por su torpeza en algunas entrevistas en los últimos años.
No hay margen de error dado que estos eventos se definen por clips virales, por lo que es igual de importante para la campaña de Harris que evite tropezar como lo es que logre un golpe digno de un video destacado.
“Necesita mantenerse firme”, dijo Aimee Allison, fundadora de She The People, una organización que apoya a las mujeres de color en la política. “Y necesita comunicar en el escenario del debate por qué está luchando”.