(Bloomberg) — El saliente Presidente Andrés Manuel López Obrador está a punto de controlar la única rama del gobierno que aún se le escapa en México, asegurando la dominancia de su partido Morena en los próximos años. Tal poder sin restricciones plantearía riesgos políticos y económicos significativos para un país que pasó la mayor parte del siglo XX bajo un gobierno autoritario.
La propuesta presentada al Congreso incluye reemplazar a los actuales jueces de la Corte Suprema y del Poder Judicial Federal por otros elegidos popularmente en los próximos tres años. Es probable que muchos, si no la mayoría, de los más de 1,600 jueces sean de Morena, dado que el partido cuenta con más apoyo popular que nunca.
“Esto es una verdadera revolución”, dijo Oviedo, quien anteriormente fue asesor del ex Presidente Felipe Calderón. “Es un cambio de régimen y nada puede detenerlo ahora.”
AMLO ha tenido desde hace mucho una relación complicada con los tribunales de México.
Una de las mayores derrotas llegó a principios de este año, cuando la Corte Suprema bloqueó la ley de electricidad nacionalista de AMLO, que priorizaba el uso de energía de la empresa estatal de servicios públicos en problemas de México sobre la energía producida por empresas privadas de energía renovable. Unos días después, propuso un paquete de reformas constitucionales, incluidos los cambios a la Corte Suprema.
“En este momento, el poder ejecutivo también controla el poder legislativo”, dijo la Jueza Juana Fuentes Velázquez, jefa de JUFED, una de las principales asociaciones de trabajadores judiciales de México que lidera huelgas a nivel nacional contra la reforma. “Si elegimos jueces por voto popular, tendremos una mayoría de jueces del partido gobernante, lo que se convertiría en un poder absoluto.”