No, no te recomendaría seguir el consejo del columnista del New York Times de pagarle $100 a tu hijo por leer un libro.

He pagado a mi hijo $100 para que lea un libro es el titular de una columna en el NY Times de hoy.

El escritor habla sobre un desafío muy real que enfrentan los padres y maestros: involucrar a lectores renuentes.

El escritor decide, como último recurso, pagarle a su hija $100 para que lea un libro. A la hija le gusta y quiere más, por ahora.

Bien por ellos.

El gran problema, sin embargo, es cuando ella escribe:

Le sugeriría a otros padres de lectores renuentes que abran sus billeteras y sobornen a sus hijos para que lean, también.

El autor necesita aprender del investigador educativo Dylan Wiliam, quien dijo:

“Todo funciona en algún lugar; nada funciona en todas partes.”

Solo porque algo funcione en una situación, aunque contradiga décadas de investigación, definitivamente no significa que vaya a funcionar en muchas otras situaciones y, de hecho, en muchas situaciones, puede hacer que la persona sea aún menos propensa a querer leer nuevamente en el futuro.

Escucha, lo entiendo. Cuando sientes que lo has intentado todo lo demás (aunque, al menos según lo que escribió la madre en la columna, creo que hay algunas ideas que se le escaparon, como intentar leer novelas gráficas con su hija, ya que las había leído en el pasado), la motivación extrínseca puede ser la única opción que queda, y puede funcionar.

Ciertamente he seguido ese camino, aunque siempre planeo una estrategia de salida.

Pero solo porque una acción que décadas de investigación sugieren que no funcionará termine teniendo éxito (por ahora) en tu caso, no significa que sea una gran idea recomendar a millones de lectores que también lo hagan….

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Lee más sobre los problemas de sobornar a los estudiantes para que lean, junto con los aspectos negativos de usar registros de lectura.

Adenda: No solo me creas a mí:

el amor rara vez convierte a los niños en lectores, desafortunadamente (esta era la esperanza durante el fenómeno de Harry Potter, y no funcionó.)
3. Literatura mixta sobre si las recompensas impactan negativamente en la motivación intrínseca. (La teoría predeciría que si odian la lectura, probablemente no.)

— Daniel Willingham (@DTWillingham) 2 de septiembre de 2024

En “Criar niños que lean” sugerí que las recompensas sean el último recurso. Otras estrategias no confirman implícitamente pero claramente “La lectura es aversiva y debo recompensarte para que lo hagas.” @MireilleSilcoff

— Daniel Willingham (@DTWillingham) 2 de septiembre de 2024