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La Cámara de Diputados de México aprobó una reforma judicial polémica en una sesión maratónica el miércoles por la mañana, un paso crucial hacia la concreción de una ambición clave del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador y marcando el tono para la próxima administración.
A pesar de las protestas de la oposición, el partido gobernante Morena aprobó la reforma, la cual ha provocado una huelga de trabajadores judiciales, tensado relaciones con Estados Unidos y generado preocupación en los mercados financieros.
El debate en la Cámara de Diputados comenzó el martes por la tarde y duró más de 12 horas antes de ser aprobado con 359 votos a favor y 135 en contra. Ahora pasará al Senado para más debate, donde se espera que sea aprobado debido a la fuerte mayoría de Morena.
El espinazo de la reforma constitucional propone la elección por voto popular de más de 7,000 jueces y magistrados, incluyendo la Corte Suprema.
López Obrador ha argumentado que la reforma es necesaria para hacer que los jueces rindan cuentas y reducir la corrupción.
La reforma, apoyada por la presidenta electa Claudia Sheinbaum, pupila de López Obrador, propone reducir el número de jueces de la Corte Suprema a nueve de los actuales 11, acortar sus mandatos a 12 años y reducir a la mitad la experiencia laboral requerida para calificar para posiciones ministeriales.
Sin embargo, los críticos han dicho que la reforma no impactará a fiscales, policías y ministerios públicos, a quienes responsabilizan como los verdaderos culpables de la impunidad y la corrupción.
La sesión del Congreso comenzó el martes por la tarde después de un retraso de seis horas y fue trasladada a un complejo deportivo en la Ciudad de México después de que trabajadores judiciales bloquearon la entrada a la Cámara de Diputados en protesta.
Los jueces de la Corte Suprema también votaron unirse a la huelga que ha visto a miles de trabajadores judiciales ir a la huelga, dijo la corte en un comunicado. Actualmente, los jueces de la Corte Suprema son nominados por el presidente y luego confirmados por el Senado.
Los opositores criticaron el debate y la aprobación en una sola sesión como un trabajo apresurado, diciendo que los legisladores deberían haber tomado más tiempo para discutir la reforma.
Francisco Burgoa, especialista en derecho constitucional de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que era “alarmante y profundamente indignante” que Morena y los legisladores aliados presionaran para debatir y aprobar la reforma en el transcurso de un día.
“Esta violación de los procedimientos democráticos refleja una regresión que amenaza con destruir nuestra constitución, la división de poderes, la democracia constitucional y particularmente el poder judicial”, dijo Burgoa.
La reforma ha generado preocupación entre los inversores y el embajador de Estados Unidos en México, quienes temen que debilite un control crucial sobre el poder ejecutivo y dañe el clima empresarial en la segunda economía más grande de América Latina.
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