U.S. News & World Report. The Wall Street Journal. Campus Pride. Desde la exclusividad hasta el retorno de inversión pasando por la amabilidad hacia la comunidad LGBTQ+, las organizaciones juzgan, clasifican, evalúan y etiquetan a las universidades y colegios de Estados Unidos de múltiples formas.
Ahora, hay un nuevo participante en el bloque de calificaciones: la Fundación Heritage ha lanzado una guía “Elige la Universidad con Confianza”, que etiqueta a 280 instituciones como rojas, amarillas o verdes. Aquellas que reciben la luz verde se consideran una excelente opción para las familias que priorizan la libertad, la oportunidad y la sociedad civil, mientras que las universidades marcadas en rojo no son recomendadas. Según la guía, estas últimas “muestran una hostilidad generalizada hacia diferentes puntos de vista y carecen de requisitos curriculares sólidos”.
Por ejemplo, la Universidad de Harvard recibió una luz roja. El New College de Florida, la Universidad de Auburn y el Appalachian Bible College de Virginia Occidental fueron algunos de los que recibieron la luz verde.
La guía de Heritage, un grupo de reflexión conservador, llega en un momento en que las universidades enfrentan un escrutinio creciente por parte de grupos conservadores y legisladores que cuestionan sus ofertas académicas y decisiones de financiamiento, y plantean preocupaciones sobre qué tan acogedoras son para los estudiantes con puntos de vista conservadores.
Madison Marino, una investigadora senior asociada en el Centro de Política Educativa de Heritage, dijo en una conferencia de prensa en línea el jueves que la guía fue diseñada para que las familias y los estudiantes obtengan “información integral sobre la educación superior y puedan capacitar a estas familias y estudiantes para tomar decisiones informadas sobre a dónde quieren ir”.
Lindsey Burke, directora del Centro de Política Educativa, reconoció que es un “espacio bastante lleno” para guías universitarias, “pero lo que es único sobre la nuestra es que tomamos en cuenta más que solo su retorno de inversión”. Dijo que incluye la pregunta “¿Es esta una universidad, una institución, que es acogedora para todos los puntos de vista, incluidos los conservadores, que han sido increíblemente marginados en la academia durante décadas y décadas?”
En la guía, dijo que una “luz roja” significa, “efectivamente, no enviar a sus hijos a estas escuelas.” Burke también es miembro de la junta en la Universidad George Mason, que fue calificada como amarilla.
Heritage, un crítico vocal de los programas de diversidad, equidad e inclusión en la universidad, lideró el Proyecto 2025, un controvertido plan para un potencial segundo mandato presidencial de Donald Trump. Ese plan propone eliminar el Departamento de Educación, entre otros cambios. Burke escribió el capítulo sobre el Departamento de Educación.
Para clasificar a las universidades en las tres categorías, los investigadores de Heritage dijeron que tuvieron en cuenta las tasas de graduación de cuatro años y los ingresos postgraduación de los estudiantes, estadísticas que uno podría esperar en comparaciones de universidades y colegios. Pero sus métricas también incluyen la prevalencia de administradores de diversidad, equidad e inclusión; el número de clubes “conservadores” en comparación con los “liberales”; y si las instituciones tienen sistemas de denuncia de prejuicios, requieren declaraciones de diversidad en la contratación o albergan departamentos de estudios étnicos o de género.
Heritage criticó a las instituciones en las calificaciones si tenían esos departamentos, dijo Jonathan Butcher, investigador principal de Heritage y del conservador Instituto Goldwater que ayudó a recopilar datos para el informe.
“Creemos que los estudios étnicos se basan en una visión marxista del mundo determinado por luchas de poder,” dijo Butcher, y que es parte de la “política de identidad” que también perpetúan los departamentos de estudios de género.
Pero no está claro cuánto énfasis pusieron los creadores de la nueva guía en cada métrica individual al calificar a las instituciones, ni la guía muestra qué instituciones recibieron desventajas en qué categorías específicas. Butcher dijo: “No ponderamos ninguna de las categorías” y consideraron los hallazgos más en el “lado cualitativo”.
“Necesitábamos empezar con algo que enviara un mensaje,” dijo Butcher. Haciendo referencia a las calificaciones y rankings existentes de universidades y colegios, dijo que Heritage “quería añadir algo a esta biblioteca, esta investigación, sobre cómo evaluar a las universidades y darles a los padres algo que quizás no puedan encontrar en otro lugar.”
La primera oración de la metodología parece sugerir que es una guía para que los conservadores identifiquen universidades conservadoras: “Los investigadores de Heritage comenzaron encuestando a afiliados de políticas estatales para tener una idea de los socios en el terreno sobre qué universidades y colegios son buenas opciones para los conservadores.” Esos afiliados son grupos de reflexión a nivel estatal que están afiliados a la Red Estatal de Políticas Conservadoras.
Cuando se le preguntó si las etiquetas se basaban principalmente en qué instituciones eran las mejores para los estudiantes conservadores, Butcher dijo: “El esfuerzo es preservar no solo la libre expresión, sino la calidad en general.”.
Por décadas, los conservadores han dado la alarma sobre lo que consideran un ambiente hostil en muchas universidades americanas para los estudiantes y profesores conservadores. Las protestas disruptivas pro-palestinas en algunos campus este último año académico intensificaron esas preocupaciones.
Sin embargo, Butcher dijo que no había una razón particular por la que las calificaciones salieron ahora, aunque los investigadores eligieron parcialmente qué instituciones calificar en función de cuáles habían estado en las noticias por campamentos de protesta controvertidos.
Calificando Esta Calificación
Algunos críticos de las calificaciones y de la Fundación Heritage dieron a la incursión de la organización calificaciones bajas.
Akil Bello, director senior de defensa y avance en FairTest, que aboga en contra de las pruebas estandarizadas, dijo a Inside Higher Ed, “Todas las calificaciones son alguna forma de opinión personal filtrada a través de las matemáticas, por lo que es una evaluación subjetiva de calidad. La única diferencia en las diversas calificaciones es qué tan subjetivas son, de qué punto de vista reflejan y qué tan transparentes son sobre sus sesgos.”.
Bello dijo que las calificaciones de Heritage reflejan el punto de vista “agresivamente de derecha” de la organización. También señaló que la metodología de Heritage tuvo en cuenta información de otras organizaciones conservadoras.
“No hay mejor manera de obtener las calificaciones que desea que comenzar con personas que están de acuerdo con usted,” dijo Bello. “Si los factores que evalúa solo pueden ser verificados por personas con ideas afines, no es una calificación objetiva.”
Isaac Kamola, director del Centro para la Defensa de la Libertad Académica de la Asociación Americana de Profesores Universitarios y profesor asociado de ciencia política en el Trinity College de Connecticut, llamó a la metodología “puramente impulsada por la ideología, nuevamente, por fundamentalistas del mercado.”
Kamola señaló que Heritage anunció las nuevas calificaciones universitarias junto con una tarjeta de puntuación K-12 que promueve la elección de escuela.
“Deslegitimar la educación superior va de la mano con este proyecto más amplio de desfinanciar la educación K-12, y no hay un ejemplo más claro de eso que el lanzamiento simultáneo,” dijo Kamola.
Sin embargo, Preston Cooper, investigador senior en el conservador Instituto American Enterprise que estudia la educación superior, dijo que cree que las nuevas calificaciones son “un servicio útil” para personas con valores e intereses conservadores.
“Creo que tiene total sentido que podamos tener sistemas de clasificación diferentes para priorizar diferentes cosas cuando se trata de la universidad,” dijo.