Una batalla judicial trascendental sobre el destino del imperio mediático de Rupert Murdoch comienza hoy en Nevada.
En juego está el futuro de una serie de periódicos y canales de televisión consumidos por millones de personas en todo el mundo, así como miles de empleos y miles de millones de libras.
El magnate de los medios, que cumplió 93 años este año, ha pasado décadas construyendo sus marcas de noticias, convirtiéndolas en algunas de las más poderosas e influyentes en el mundo occidental.
Pero ahora, a medida que se acerca al final de su vida, se ha abierto una brecha en su familia, planteando preguntas sobre qué tipo de legado dejará.
El caso decidirá quién controla el fideicomiso familiar de Murdoch después de su partida y cuál de sus hijos tendrá derechos de voto importantes en sus empresas. Y podría resultar en que el heredero aparente del multimillonario, Lachlan Murdoch, sea superado por algunos de sus hermanos menos conservadores.