Bodycam footage captures the arrest of the suspected gunman targeting Donald Trump at his oceanfront club in Florida. The gunman had been hiding in bushes for nearly 12 hours before Trump unexpectedly played a round of golf with a friend at the Trump International Golf Club in West Palm Beach.
The former president was on the course when a member of his security team spotted a rifle near the sixth hole. Trump, who was unharmed, heard shots fired in the distance and was swiftly evacuated.
The suspect, Ryan Routh, did not fire any shots and was apprehended by law enforcement after fleeing the scene in a black Nissan. He was found with a semi-automatic rifle and other equipment.
Routh, a convicted felon, has a history with law enforcement and had come to the attention of the FBI in the past. His motive for targeting Trump remains unclear.
The incident has left residents of Palm Beach shocked and questioning the security measures in place to protect the former president. Trump’s supporters expressed concern over the vulnerability of the golf course to potential threats.
Despite the alarming event, Trump’s neighbors and supporters remain steadfast in their support for him, emphasizing the need for enhanced security measures in light of the foiled assassination attempt.
“Creo que hay una conspiración.”
“¿Cómo no vieron al pistolero?” agregó.
Palitz, quien dijo que solía ir a esquiar con la ex esposa de Trump, Ivana, dijo que creía que alguien debió haber alertado al sospechoso de que el ex presidente iba al campo ese día.
Patricia Pelham, una nativa del Reino Unido que ha estado viviendo en Florida durante 30 años, se preguntaba dónde el sospechoso pudo estacionar su auto lo suficientemente cerca como para escapar rápidamente.
“¿Por qué no hay seguridad alrededor del exterior?” preguntó la británica, quien añadió que no era partidaria de Trump.
Cosme Blanco
Pelham dijo que las medidas de seguridad han aumentado alrededor de Mar-a-Lago en la isla de Palm Beach desde que Trump resultó herido cuando un pistolero de 20 años intentó asesinarlo en un mitin en Butler, Pensilvania, en julio.
El lunes, los autos de policía se alinearon en las carreteras de la isla casi cada media milla, con el resort de 17 acres bloqueado para visitantes.
Las autoridades han dicho que todo el campo de golf habría estado rodeado si hubiera sido un presidente en funciones de los Estados Unidos en el green.
Después de culpar a la retórica de la Casa Blanca por el último presunto intento de matarlo, Trump dijo el lunes por la noche que había tenido una “llamada muy agradable” con el presidente Joe Biden, un demócrata, sobre el aumento de la protección del Servicio Secreto.
El presidente Biden pidió al Congreso el lunes que apruebe más dinero para la agencia en las próximas semanas, diciendo que el Servicio Secreto “necesita más ayuda”.
Michael Matranga, un ex agente del Servicio Secreto que trabajó para el ex presidente Barack Obama, dijo que Trump ha tenido una mejor seguridad que muchos otros ex presidentes, quienes típicamente reciben menos protección que los incumbentes de la Casa Blanca.
Por ejemplo, dijo, los ex presidentes típicamente no reciben equipos contra francotiradores como Trump.
El Servicio Secreto ha enfrentado una intensa escrutinio desde el primer intento de vida de Trump, con la líder de la agencia, Kimberly Cheatle, renunciando menos de dos semanas después del mitin.
Los funcionarios de la agencia han dicho que el Servicio Secreto carece de recursos.
Anka Palitz
Pero incluso con los recursos adicionales, Matranga dijo que los agentes se ven obligados a lidiar con un delicado equilibrio entre proteger a Trump mientras le permiten interactuar con los votantes en la campaña y “disfrutar de una ronda de golf”.
No pueden simplemente “mantenerlo en una caja a prueba de balas”, dijo Matranga.
Tampoco parece que Trump quiera ser puesto en una.
En un correo electrónico de recaudación de fondos enviado el lunes por la tarde, les dijo a sus seguidores: “¡Mi determinación es aún más fuerte después de otro intento en mi vida!”
Es el tipo de actitud “fuerte” que Stevens espera que Trump mantenga mientras continúa cortejando a los votantes en las semanas previas a las elecciones generales de noviembre.
“La forma en que lo veo, él no va a querer que el pueblo estadounidense sepa que tiene miedo de salir”, dijo Stevens.
“Creo que seguirá haciendo presencia, no solo aquí sino en todas partes. No creo que sea algo de lo que se vaya a esconder.”
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