Las familias de los 43 estudiantes desaparecidos en México aún exigen justicia 10 años después.

CIUDAD DE MÉXICO (AP) – Familias de los 43 estudiantes de una escuela rural de maestros secuestrados hace 10 años en el sur de México conmemoraron el doloroso aniversario el jueves desilusionados después de lo que dicen fue una década de promesas incumplidas del gobierno.

El aniversario cae justo cuatro días antes de la salida del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya elección en 2018 generó esperanzas entre las familias.

Su administración logró algunos avances iniciales, estableció una Comisión de la Verdad y declaró las desapariciones como un “crimen de estado”. Pero cuando la investigación se estancó sin la cooperación del ejército, el presidente cerró filas con los generales.

“Nos dio mucha esperanza”, dijo Joaquina García, madre del estudiante desaparecido Martín Getsemany Sánchez. “Pero parece que realmente protege al ejército y eso no es justo”.

El 26 de septiembre de 2014, estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fueron a Iguala a robar autobuses, una forma común en la que obtenían transporte. Fueron atacados por una banda de narcotraficantes locales en connivencia con autoridades locales, estatales y federales.

Dos administraciones más tarde, muchos detalles de lo que les sucedió a los estudiantes y, lo más importante, dónde están, siguen siendo desconocidos. Se encuentran entre los más de 115,000 desaparecidos registrados en México.

“Diez años de sufrimiento, 10 años de dolor, de no tener a tu hijo no es fácil”, dijo García en un evento el jueves en la Universidad Nacional Autónoma de México. “Aquí estamos gritando a ver si las personas que se llevaron a nuestros hijos lo encontrarán en su corazón”.

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Alrededor de 120 personas están detenidas. El exfiscal general de México ha sido acusado de inventar una narrativa falsa sobre lo sucedido.

López Obrador había prometido resolver el misterio. Pero el miércoles minimizó, minimizó e incluso se opuso a los hallazgos de su propia administración, afirmando que aquellos que intentan vincular al ejército están motivados por “intereses políticos”.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos lamentó en un comunicado el jueves los “resultados insatisfactorios” de las autoridades. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que envió expertos a México para ayudar en la investigación durante ocho años, dijo en un comunicado que estaba preocupada por el estancamiento de la investigación y denunció un “pacto de silencio que ha impedido la identificación de los perpetradores y de quienes los encubren”.

Los padres y estudiantes de la escuela de maestros tenían planeado marchar por la capital de México el jueves por la tarde, como lo han hecho el día 26 de cada mes durante la última década.

“Esta lucha no ha terminado”, dijo García.