La Misa Negra, dirigida por Devanny Pinn, es un escalofriante thriller de crimen real que sumerge a los espectadores en el aterrador mundo de un notorio asesino en serie. Ambientada en el invierno de 1978, la película sigue las últimas horas frenéticas de un asesino conocido solo como “Ted”. La representación cruda de la violencia y sus fundamentos psicológicos hacen de esta una experiencia cinematográfica fascinante y perturbadora.
La estructura narrativa de la película es uno de sus elementos más fuertes para mí. Al centrarse en un periodo de 24 horas, La Misa Negra mantiene un ritmo implacable que mantiene a los espectadores en vilo. La tensión es sólida a medida que se desarrolla la historia, revelando la meticulosa planificación del asesino y el puro terror de sus víctimas. Este enfoque también permite sumergirse profundamente en la psique del asesino, brindando una mirada perturbadora pero fascinante a sus motivaciones.
Visualmente, esta película es un triunfo. La cinematografía de Noah Luke captura la desolación del entorno de los años 70, utilizando colores apagados y una iluminación cruda para crear una atmósfera de temor. El uso de música de la época sumerge aún más al público en la era, añadiendo una capa extra de autenticidad a la historia.
A pesar de sus fortalezas, La Misa Negra no está exenta de sus fallas. Algunas escenas se sienten excesivamente prolongadas y el enfoque implacable de la película en la perspectiva del asesino puede resultar abrumador. Sin embargo, estos problemas son menores en comparación con el impacto general de la película. El enfoque lento puede no apelar a todos los espectadores, pero construye efectivamente la tensión y subraya el horror de los eventos representados.
La Misa Negra es una película poderosa e inquietante que ofrece una nueva mirada al género de crimen real. Para aquellos interesados en una exploración profunda y psicológica de uno de los asesinos más infames de la historia, esta película es imperdible.
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