Dr. Mounes Kalakish, director del hospital gubernamental de Marjayoun en el sur de Líbano, le dijo a la BBC que el hospital no tuvo otra opción que cerrar el viernes después de que un ataque aéreo golpeara dos ambulancias en la entrada del hospital el viernes, matando a siete paramédicos.
“Las enfermeras y médicos estaban aterrorizados”, dijo. “Intentamos calmarlos y seguir trabajando, pero no fue posible”.
La directora de emergencias del hospital, la Dra. Shoshana Mazraani, dijo que estaba sentada en el frente del edificio cuando ocurrió el ataque. Dijo que escuchó los gritos de los paramédicos que fueron golpeados y corrió hacia las ambulancias dañadas, pero fue advertida de mantenerse alejada por colegas temerosos de un nuevo ataque.
El hospital de Marjayoun ya estaba en una situación precaria, dijo la Dra. Mazraani, con un equipo principal de solo 20 médicos restantes de los 120 habituales del centro. El cierre el viernes fue una “tragedia para la región”, dijo.
“Servimos a una gran población aquí, muchos pueblos. Teníamos 45 camas de hospitalización, todas vacías ahora. Éramos el único hospital que proporcionaba diálisis en la región, por ejemplo. Hemos tenido que rechazar a pacientes de emergencia y decirles a otros que se vayan”.
Rita Suleiman, directora de enfermería del hospital de Saint Therese, en las afueras de los suburbios del sur de Beirut, le dijo a la BBC que el hospital también había luchado después de ser gravemente dañado por un ataque el viernes, pero luego se vio obligado a suspender todos los servicios.
Otros hospitales seguían funcionando con servicios muy limitados. El Dr. Mohammed Hamadeh, director del hospital de Tebnine, le dijo a la BBC el viernes que un ataque cercano sacudió el edificio.
“La explosión fue muy cerca”, dijo. “Todavía estamos tratando de operar pero no podemos salir de los confines del hospital porque es demasiado peligroso”.