Mientras que los Estados Unidos ha experimentado una serie de tormentas poderosas en el pasado, es capaz de recuperarse de estos desastres de manera mucho más eficiente que los países más pobres. Esto se debe a una serie de factores, incluida la ubicación geográfica, la vivienda y la infraestructura, y los recursos financieros y físicos disponibles para la reconstrucción. La preparación también puede marcar una diferencia significativa en el impacto de estas tormentas y en qué tan rápido las comunidades pueden reconstruir después. A medida que Florida se preparaba para la llegada de Milton, el estado emprendió su mayor esfuerzo de evacuación en años, con la esperanza de sacar a tantas personas como sea posible de las áreas de peligro proyectadas. “El tamaño de esta tormenta significa que hay muchos lugares en alerta y muchas personas tratando de moverse relativamente rápido”, dice la Dra. Solana. Esto hizo que la tarea fuera mucho más desafiante que en un área menos poblada. Agencias como la Agencia Federal de Manejo de Emergencias de EE. UU. (Fema) están bien preparadas para estos eventos, dice ella, y las autoridades locales pudieron construir refugios seguros y proporcionar apoyo y recursos para los residentes. “Pero hay todo tipo de problemas sociales que vienen con esto”, agrega la Dra. Solana. El dinero también puede ser un problema significativo para las personas que intentan mantenerse a salvo a ellos mismos y a sus familias, tanto en EE. UU. como en otros lugares. Algunos pueden no tener los medios para poder evacuar y seguir otras órdenes de seguridad, o podrían temer el impacto que la evacuación puede tener en sus trabajos y medios de vida. “Las personas tienen derecho a quedarse y están preocupados por muchas cosas, como el dinero, sus mascotas, si no tienen recursos o conocimientos, no quieren ir a refugios”, agrega la Dra. Solana. La confianza en las autoridades locales también puede hacer que las personas sean menos propensas a seguir este consejo, mientras que en áreas donde las tormentas ocurren con más regularidad, los residentes pueden sentir un falso sentido de seguridad si no han sido afectados anteriormente. Especialmente para los países en desarrollo, la Dra. Hooker dice que los sistemas de alerta temprana deben ser liderados por la comunidad. La falta de preparación, recursos gubernamentales y apoyo en estos países puede llevar a consecuencias devastadoras. “Si las propias comunidades pueden tomar el control, si pueden liderar, es más probable que tomen medidas cuando se les requiera hacerlo”, agrega ella.