La economía del Reino Unido creció un 0.2% en agosto en comparación con el mes anterior, según cifras preliminares publicadas por la Oficina de Estadísticas Nacionales el viernes.
El Producto Interno Bruto (PIB) se mantuvo en línea con las expectativas de los economistas encuestados por Reuters, quienes habían pronosticado un crecimiento del 0.2%.
El crecimiento económico de Gran Bretaña fue del 0.2% en los tres meses hasta agosto, en comparación con el 0.5% registrado en los tres meses hasta julio.
El sector de servicios dominante en el Reino Unido mostró un ligero crecimiento del 0.1% en el mes de agosto, mientras que la producción y la construcción aumentaron un 0.5% y un 0.4%, respectivamente.
La economía del país se estancó en junio y julio, después de registrar previamente una expansión modesta pero constante en casi todos los meses de este año. Gran Bretaña salió de una recesión leve a principios de año.
La Ministra de Finanzas, Rachel Reeves, acogió con satisfacción los datos, diciendo que devolver el crecimiento a la economía es la “prioridad número uno” del gobierno.
“Si bien el cambio no sucederá de la noche a la mañana, no estamos perdiendo tiempo en cumplir con la promesa de cambio”, dijo en un comunicado. La nueva administración laborista fue votada en el poder en julio durante las elecciones anticipadas.
La lectura llega justo cuando Reeves está a punto de presentar su Presupuesto de Otoño a finales de este mes, con aumentos de impuestos y recortes de gastos esperados mientras intenta superar un agujero negro estimado de £22 mil millones ($29 mil millones) en las finanzas públicas. El partido de oposición Conservador, que lideró el país hasta las elecciones anticipadas de este año, niega la brecha.
Reeves también ha insinuado que podría cambiar las reglas de deuda del país para liberar más dinero y estimular la inversión.
El gobierno ha dicho que los planes forman parte de su visión de una era de “renovación nacional”, ya que intenta inyectar optimismo en la psique pública después de pintar un panorama sombrío sobre el estado de la economía.
Lindsay James, estratega de inversión en Quilter Investors, dijo que Reeves enfrenta un “difícil equilibrio” para asegurarse de que sus decisiones no frenen aún más el crecimiento económico.
“Con las tasas de interés comenzando a bajar, la responsabilidad ha pasado del Banco de Inglaterra a Rachel Reeves, quien ahora debe tomar decisiones fiscales críticas. Ella y el Primer Ministro han indicado que es necesario ‘dolor’ para la prosperidad futura, pero existe un riesgo real de corrección excesiva a expensas del crecimiento económico”, dijo.