El lunes, el tribunal escuchó el caso de Catherine Griset, la asistente personal de mucho tiempo de Le Pen. Acreditada en Bruselas como asistente parlamentaria, fue registrada como asistente al edificio de la asamblea solo durante 12 horas entre agosto de 2014 y octubre de 2015. Pero respondiendo preguntas por primera vez desde que el juicio comenzó hace dos semanas, Le Pen dijo que era ingenuo suponer que los asistentes parlamentarios no participaban todo el tiempo en el trabajo político. Y dijo que no apreciar esto era un signo de cómo el Parlamento Europeo estaba divorciado de la realidad de la vida política. “El Parlamento Europeo es un poco como La Masa”, dijo, refiriéndose a la película de 1958 sobre una ameba masiva que amenaza con destruir el mundo. “Se traga a los diputados. En el parlamento puedes dormir, puedes comer, puedes arreglarte el pelo. Todo está planeado para que sigas viviendo en la caja. A veces tienes que decir ‘¡Cucú! ¡Se supone que estamos haciendo política aquí!'”. Abogada de profesión, Le Pen dice que asistirá tanto como sea posible al juicio, que durará hasta finales de noviembre, a pesar del tenso momento político en el que se encuentra actualmente Francia. Su partido tiene una rara oportunidad de influir en los eventos debido a la amenaza permanente que ahora representa para el nuevo gobierno de Michel Barnier. Con el primer ministro contando con el apoyo de poco más de un tercio de los diputados de la Asamblea Nacional, Le Pen puede derribarlo en cualquier momento respaldando una moción de censura presentada por la izquierda. “Sabemos que tenemos el poder de presionar el botón. Tú lo sabes. Ellos lo saben. Todos lo saben”, dijo en una entrevista con la revista Le Point. “La fecha de caducidad del gobierno está escrita en la caja”. Pero las ambiciones políticas de Le Pen corren el riesgo de ser seriamente obstaculizadas por el resultado del juicio de financiación del partido. Si es encontrada culpable, las posibles sanciones incluyen no solo la prisión y una gran multa, sino también la inelegibilidad para ocupar cargos públicos durante cinco años. Esto en teoría descartaría una candidatura a la presidencia en 2027, su cuarto y potencialmente más prometedor intento. Lo más probable es que los recursos contra tal sentencia alarguen el proceso hasta después de 2027, y si ganara la presidencia, entonces estaría protegida de la persecución judicial hasta que dejara el cargo. Algunos comentaristas dicen que un veredicto de culpabilidad haría poco en cualquier caso para dañar sus posibilidades, porque le permitiría seguir presentándose como una víctima del establishment. Pero otros dicen que hacer campaña bajo la sombra de una condena alienaría a muchos votantes moderados que de otra manera podrían elegirla por primera vez.
