Testigos dijeron que el ataque ocurrió alrededor de la 01:15 hora local del lunes (23:15 BST del domingo). Golpeó una zona entre edificios llenos de refugios improvisados, junto a un área de espera exterior de pacientes ambulatorios que no tenía a nadie allí por la noche, dijo Anna Halford, coordinadora de emergencias de MSF en Gaza, quien no estaba en el hospital durante el ataque, en una llamada telefónica desde Deir al-Balah. Hiba Radi, una madre que vivía en una tienda detrás del hospital, dijo a un colaborador de la BBC en Gaza que se despertó con el sonido de “explosiones e incendios estallando alrededor de las tiendas”. “Había explosiones por todas partes, y estábamos sorprendidos de si esto era gas o armas”, dijo. “Esta es una de las peores escenas que hemos presenciado y vivido”, agregó. “Nunca hemos visto destrucción como esta antes. Es difícil, realmente difícil”. Atia Darwish, un fotógrafo que grabó algunos de los videos verificados, dijo a la BBC que fue un “gran shock” y que no podía hacer nada viendo a la gente arder. “Estaba tan destrozado”, dijo. Um Yaser Abdel Hamid Daher, quien también vive en el hospital, dijo a la BBC que “hemos visto a tanta gente ardiendo que empezamos a sentir que podríamos arder como ellos”. Los heridos incluían a su hijo, su esposa e hijos. Su nieta Lina, de 11 años, que tenía metralla en la mano y lesiones en la pierna, dijo que escuchó a la gente gritar. “La hija de nuestra vecina resultó herida en la cabeza y su papá murió. Y nuestros otros vecinos murieron. La gente junto a nosotros derribó la tienda para sacarnos”, dijo. Su abuela dijo que la familia “perdió su tienda y todo lo que tenían; no les quedó nada”. El lunes, el Ministerio de Salud informó que más de 40 personas resultaron heridas y cuatro murieron. MSF compartió el martes un saldo más alto, diciendo que cinco personas habían muerto, sus cuerpos quemados para cuando fueron recuperados, y 65 resultaron heridas. Cuarenta de los heridos – 22 hombres, ocho mujeres y 10 niños – se quedaron en al-Aqsa. Los demás fueron trasladados a diferentes hospitales, con ocho yendo a una unidad de quemados especializada. La Sra. Halford dijo que sus colegas estaban tratando a víctimas de quemaduras “que casi con seguridad no sobrevivirán”, diciendo que “hay muy poco que se puede hacer por víctimas de quemaduras de esa gravedad”. “Vuelves a casa con el olor en tu ropa. Es una experiencia afectante visceralmente. Se queda contigo”, dijo. El ataque del lunes fue el séptimo en el sitio del hospital desde marzo, y el tercero en dos semanas, dijo la Sra. Halford. Cuando llegó al hospital después del golpe más reciente, dijo que encontró a personas rebuscando entre metal retorcido y escombros quemados para salvar cualquier pertenencia. Otra madre a la que la BBC habló y cuyos hijos sufrieron quemaduras ya había evacuado del norte de Gaza, y ahora no tiene nada. El jefe interino de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU dijo que el ataque ocurrió en una zona donde se les había dicho a los residentes del norte de Gaza que se reubicaran. “Realmente no hay un lugar seguro en Gaza al que la gente pueda ir”, decía la declaración. Información adicional de Haneen Abdeen.
