Boeing’s troubles continued to mount as Ortberg took over as chief executive. The strike by the machinists’ union, now in its sixth week, has only added to the company’s woes. Ortberg faces an uphill battle to restore Boeing’s reputation and financial stability.
Despite the challenges, Ortberg remains optimistic about the future of the company. He is focused on turning Boeing in the right direction and regaining its leadership position in the industry. However, the road ahead is fraught with obstacles, including motivating a workforce on strike, convincing investors to support an equity raise, and addressing quality control and manufacturing issues.
If Ortberg is successful in overcoming these challenges, he will be hailed as a hero. But the task ahead is complex and multifaceted, requiring a comprehensive approach to fixing the company’s many problems.
Ortberg’s engineering background has been seen as a positive attribute by many, who believe that previous executives’ focus on shareholder returns contributed to Boeing’s current predicament. The shift in Boeing’s culture after the merger with McDonnell Douglas in 1997, and subsequent emphasis on cost-cutting and profit maximization, has been blamed for many of the company’s engineering and manufacturing issues.
Boeing’s troubles came to a head under the leadership of Dennis Muilenburg, who oversaw the 737 Max crisis and subsequent grounding of the aircraft. The company’s reputation took a further hit when it pleaded guilty to a criminal charge of fraud for misleading regulators about the plane’s design. The Covid-19 pandemic further exacerbated Boeing’s financial woes, leading to a significant increase in debt issuance.
Ortberg’s leadership will be tested in the coming months as he navigates the company through these challenging times. His success in restoring Boeing to its former glory will depend on his ability to address the myriad issues facing the company and rebuild trust with customers, investors, and the workforce.
‘Hemos tenido muchos contadores de frijoles que han pasado, y voy a estar en la mayoría que cree que han estado tropezando con dólares para ahorrar centavos’
Aunque nadie resultó herido, el incidente desencadenó múltiples investigaciones y una auditoría de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, que encontró deficiencias en los procesos de fabricación y aseguramiento de calidad de Boeing, lo que llevó a una incómoda comparecencia del entonces director ejecutivo Dave Calhoun en una audiencia de un subcomité del Senado.
La compañía también ha tenido dificultades con sus negocios de defensa y espaciales. Contratos a precio fijo en varios programas militares han resultado en pérdidas y miles de millones de dólares en cargos únicos. Mientras tanto, problemas con su nave espacial CST-100 Starliner resultaron en que dos astronautas quedaran en la Estación Espacial Internacional. El vehículo Crew Dragon de SpaceX será utilizado para devolverlos a la Tierra a principios del próximo año.
Los tropezones de Boeing han resultado en pérdida de vidas, pérdida de prestigio y una pérdida financiera neta cada año desde 2019. El miércoles, reportó una pérdida de $6 mil millones entre julio y septiembre, el segundo peor resultado trimestral de su historia.
Uno de los primeros movimientos importantes de Ortberg como director ejecutivo fue trasladarse a sí mismo, desde su casa en Florida a una casa en Seattle. Les dijo a los analistas que los ejecutivos de Boeing “necesitan estar en las plantas, en los talleres y en nuestros laboratorios de ingeniería” para estar más en sintonía con los productos y la fuerza laboral de la compañía. El cambio en la cultura corporativa de Boeing debe “ser más que el póster en la pared”, agregó.
Su enfoque representa un cambio respecto a su predecesor Calhoun, quien fue criticado por pasar más tiempo en New Hampshire y Carolina del Sur que en las fábricas de Boeing en el estado de Washington.
Bill George, ex director ejecutivo de Medtronic y miembro ejecutivo en la Escuela de Negocios de Harvard, dice que Ortberg está haciendo un “trabajo excelente” hasta ahora, especialmente por trasladarse al noroeste del Pacífico y presionar a otros ejecutivos itinerantes para que lo sigan.
“Si estás basado en Florida, y vienes ocasionalmente, ¿qué sabes realmente sobre lo que está sucediendo en el negocio?” dice, añadiendo que Boeing “no tiene nada que hacer en Arlington, Virginia”, adonde la compañía trasladó su sede en 2022.
Scott Kirby, director ejecutivo de uno de los mayores clientes de Boeing, United Airlines, les dijo a sus propios inversores este mes que estaba “alentado” por los movimientos iniciales de Ortberg, agregando que la empresa sufrió durante décadas por “un desafío cultural, donde se enfocaron en la rentabilidad a corto plazo y el precio de las acciones a corto plazo en detrimento de lo que hizo grande a Boeing, que es construir grandes productos”.
Los trabajadores de Boeing asisten a una manifestación sindical en Seattle. Alrededor de 33,000 están en huelga, mientras que 17,000 enfrentan despidos a medida que el fabricante de aviones intenta reducir costos © David Ryder/Reuters
“Kelly Ortberg está cambiando la empresa de vuelta a sus raíces”, dijo. “Todos los empleados de Boeing se unirán a eso.”
Pero Ogren del sindicato de mecánicos advierte que compromisos anteriores de cambio de cultura han sido vacíos. “Tienes a personas en la cima diciendo, ‘debemos ser seguros, oh, y por cierto, necesitamos que estos aviones salgan por la puerta’ . . . Dijeron lo correcto. No lo enfatizaron, y eso no es en lo que presionaron a los gerentes para lograr.”
Cuando los trabajadores finalmente regresen al trabajo —Peter Arment, analista de Baird, espera que el conflicto se resuelva en noviembre— Ortberg quiere una mejor ejecución, incluso si significa una producción más baja. “Es mucho más importante hacer esto bien que rápido”, dijo.
La compañía había planeado aumentar la producción del Max de alrededor de 25 al mes antes de la huelga a 38 al mes para fin de año, un límite establecido por la FAA. No alcanzará ese objetivo y Spingarn, el analista de Melius, dice que la huelga probablemente retrasará cualquier aumento en la producción de nueve meses a un año. Algunos trabajadores necesitarían capacitación nuevamente, dijo Ortberg, y el reinicio de la cadena de suministro probablemente será “complicado”. El fabricante también ha establecido un plan de calidad con la FAA que debe seguir.
Boeing también necesitaba lanzar un nuevo avión “en el momento adecuado en el futuro”, dijo Ortberg. Epstein de BofA llamó a esto “uno de los mensajes más importantes” del nuevo director ejecutivo, probablemente “para reavivar a la fuerza laboral y la cultura en Boeing”.
Mientras tanto, Boeing seguirá consumiendo efectivo en 2025, habiendo gastado $10 mil millones hasta ahora este año, según el director financiero Brian West. Spingarn dice que los inversores pueden estar decepcionados al principio con el flujo de efectivo, pero agrega que “arreglar aviones no es de un año, es de tres años”.
A pesar de todos los desafíos, Ortberg tiene la personalidad adecuada para enderezar a Boeing, dice Ken Herbert, analista de RBC Capital Markets.
“Si él no puede hacerlo, no creo que nadie pueda.”