Leo Igwe, a prominent activist, is at the forefront of efforts to assist individuals accused of witchcraft in Nigeria, a situation that can ruin their lives and even result in lynching. After earning his doctorate in religious studies in 2017, Dr. Igwe felt restless and frustrated that academia did not allow him to directly challenge the practice of witchcraft. He founded Advocacy For Alleged Witches, an organization focused on using compassion, reason, and science to save lives affected by superstition. Dr. Igwe’s work extends beyond Nigeria to Ghana, Kenya, Malawi, Zimbabwe, and other countries. One individual the organization helped is Jude, a 33-year-old man who was accused and beaten in Benue State after a misunderstanding with a boy. Jude lost his job at a bank due to the stigma surrounding the accusation, but Advocacy For Alleged Witches provided support and assistance to help him rebuild his life. The organization also intervenes in cases of witchcraft accusations and works to prevent violence against those accused. Dr. Igwe’s efforts have faced opposition, particularly from influential Christian Pentecostal pastors who reinforce superstitions about witchcraft. Despite challenges, Advocacy For Alleged Witches continues to fight against harmful beliefs and practices related to witchcraft in Nigeria and beyond. Él dice que ha sido golpeado tres veces por intervenir en nombre de aquellos acusados de ser brujas y reconoce que su esposa e hijos han expresado preocupaciones por su seguridad.
Pero el activista dice que nada lo hará abstenerse o detenerlo de intervenir: “Mi realización es que tengo que dar un paso adelante y tratar de proporcionar liderazgo.”
En Nigeria, es un delito acusar, o amenazar con acusar, a cualquier persona de ser bruja o tener el poder de la brujería.
Lleva una pena máxima de dos años de prisión. Sin embargo, las enjuiciamientos y condenas son raras.
En 2021, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó una resolución condenando las violaciones de derechos humanos asociadas con la brujería, sin embargo, tales acusaciones continúan persistiendo en gran parte de África, así como en otros lugares como India y Papua Nueva Guinea.
“Intentar acabar con la caza de brujas es un desafío y no deberíamos romantizarlo de ninguna manera diciendo: ‘Oh, es parte de nuestra cultura'”, dice el Dr. Igwe.
“No es parte de nuestra cultura matar a nuestros padres. No es parte de nuestra cultura matar a personas inocentes.”
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[BBC]
[Getty Images/BBC]
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