Líbano: Padre describe el momento en que un misil israelí causó quemaduras de tercer grado a su hija.

El sistema de salud del Líbano es en sí mismo una víctima de la guerra, bajo ataque de Israel. La Organización Mundial de la Salud de la ONU ha verificado 23 ataques a la atención médica en el último mes, que han llevado a 72 muertes. El ministerio de salud libanés ha registrado “55 ataques enemigos a hospitales y 201 a técnicos médicos de emergencia”. Dice que los ataques israelíes a trabajadores de la salud, instalaciones e instituciones son “una flagrante violación del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y de los Convenios de Ginebra”. En días recientes informamos desde la escena de un ataque aéreo israelí justo al otro lado de la carretera del mayor hospital público de Líbano, Rafik Hariri, en Beirut. Varias edificaciones residenciales fueron aplastadas y 18 personas murieron, cuatro de ellas niños. No se dio ninguna advertencia. Las Fuerzas de Defensa de Israel le dijeron a la BBC que están “atacando a Hezbollah, una organización terrorista” que, según ellos, “explota ambulancias y otra infraestructura médica”. Niegan atacar al personal médico. Hasta ahora, más de 30 empleados de la unidad de quemados siguen yendo a trabajar todos los días. Ninguno de ellos ha sido desplazado, pero hay una nueva normalidad en Beirut: atascos de tráfico durante el día, bombas por la noche. Eso pasa factura. “Honestamente, es muy difícil lidiar con pacientes que tienen traumas y quemaduras debido a la guerra”, dice el Dr. Sleiman. “No tenemos soldados aquí; todas las víctimas son civiles. Tenemos mujeres, tenemos niñas, tenemos bebés. No es su problema, su guerra. Nosotros, como médicos, debemos mantenernos fuertes. Pero tenemos corazón. Tenemos hijos.” Antes de irme, le pregunté al padre de Ivana si tenía algo que decir a los responsables de mutilar a su niña. Pensó por un instante antes de responder con voz medida y cansada. “No estoy feliz. Un soldado por un soldado, no un civil. Estos son niños, un bebé”, dijo, refiriéndose a Ivana. “No estoy feliz, pero ¿qué puedo hacer? No quiero ser un asesino como ellos.”

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