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Por Lucinda Elliott
MONTEVIDEO (Reuters) – Los votantes en la relajada Uruguay de Sudamérica, conocida por sus playas, la legalización de la marihuana y la estabilidad, se dirigirán a las urnas el domingo en una carrera electoral entre moderados que contrasta con la hostilidad política en la mayoría de sus vecinos.
El país de 3.4 millones de habitantes votará por su próximo presidente y legisladores, con encuestadores prediciendo que probablemente se necesitará una segunda vuelta en noviembre. Más tensas serán las votaciones de plebiscitos sobre reformas pensionales divisivas y el aumento de poderes policiales.
Pero a diferencia de las marcadas divisiones derecha-izquierda en Argentina, Brasil o México, el escenario político de Uruguay es relativamente libre de tensiones, con un significativo traslape entre las principales coaliciones conservadoras y liberales que quita algo de fuerza al resultado.
“Los dos principales bandos son más o menos los mismos en términos de política macroeconómica o la visión de lo que es Uruguay y cómo enfrentar varios desafíos económicos”, dijo la economista uruguaya María Dolores Benavente.
La votación en la pequeña nación agrícola ve al candidato de centro-izquierda del Frente Amplio, Yamandú Orsi, favorito antes de las elecciones, enfrentarse al conservador de continuidad Álvaro Delgado. Detrás de ellos se encuentra el joven conservador Andrés Ojeda, conocido por su habilidad en las redes sociales.
Las encuestas muestran a Orsi liderando, pero indican que es poco probable que algún candidato presidencial obtenga más del 50% de los votos, lo que significa que se celebraría una segunda vuelta el 24 de noviembre entre los dos primeros clasificados el domingo.
Los centros de votación abrirán a las 7.30 a.m. (1030 GMT) y cerrarán a las 7.30 p.m. hora local, con resultados esperados dos horas después.
La mayor tensión será en dos plebiscitos vinculantes, también el domingo. Uno preguntará si se reforma el sistema de pensiones privadas de $22.5 mil millones de Uruguay, que ha recibido críticas de políticos de todos los sectores que dicen que podría dañar la economía.
Los uruguayos también votarán sobre si eliminar las restricciones constitucionales a las redadas policiales nocturnas en hogares privados, como una forma de combatir el crimen relacionado con las drogas, una creciente preocupación de los votantes. Ambos referendos requieren mayorías simples para ser aprobados.
“Debemos tomar el control de nuestra seguridad”, dijo Orsi en un mitin de campaña esta semana, comprometiéndose a ser duro con el crimen.
La coalición conservadora gobernante está luchando por defender su historial de seguridad, pero espera que los éxitos en la economía – con el empleo y los salarios reales en aumento – sean suficientes para convencer a los votantes de elegir la continuidad sobre el cambio.
“Tenemos un país mejor que en 2019”, dijo Delgado en un discurso de campaña en la ciudad Las Piedras, refiriéndose a las elecciones anteriores. “La alternativa es retroceder.”
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