Es difícil notar algo que es invisible, pero es obvio que no ha habido ninguna discusión sobre la educación en la campaña presidencial.
No es como si la educación no fuera importante: la educación es un camino hacia una vida mejor y hacia una sociedad mejor. Es el camino hacia el progreso.
Las diferencias entre los dos candidatos son como el día y la noche. Trump apoya la desmantelación de la educación pública y la entrega de vales. Harris está comprometida con financiar escuelas y universidades.
El Proyecto 2025 muestra los objetivos de Trump: eliminar el Departamento de Educación, convertir los programas que financia (Título 1, IDEA para estudiantes con discapacidades) en subvenciones de bloque sin restricciones a los estados, lo que permite a los estados desviar su financiamiento para otros fines. Al mismo tiempo que el aparato de Trump quiere eliminar el Departamento de Educación, quiere (de manera contradictoria) imponer mandatos a las escuelas para detener la enseñanza de la llamada teoría crítica de la raza, censurar libros e imponer ideología de derecha en las escuelas de la nación.
Es una lástima que el futuro de la educación nunca haya salido a relucir en ninguno de los debates de alto perfil. El pueblo estadounidense debería saber que Kamala Harris quiere fortalecer las escuelas, colegios y universidades de América, y que Donald Trump quiere destruirlas.
Randi Weingarten escribió un excelente artículo en Newsweek sobre los planes de cada candidato.
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