En el episodio final de Last Week Tonight antes de las elecciones de 2024, John Oliver proporcionó una razón final para no votar por Donald Trump: sus numerosos negocios dudosos, que podrían guiar sus acciones si fuera reelegido presidente. “Hemos hablado todo el año sobre las muchas buenas razones para no votar por él: sus planes de deportación masiva, su influencia en los tribunales, el Proyecto 2025, todo lo que dijo o hizo antes de su presidencia, todo lo que dijo o hizo durante su presidencia, todo lo que dijo o hizo después de su presidencia y el hecho de que debería ser inconstitucional tener un vicepresidente llamado JD”, dijo Oliver.
Pero cuando se trata de ganar dinero como ex presidente, “Trump está en una categoría propia”, agregó. Desde que dejó el cargo, los hoteles de Trump han anunciado acuerdos en Arabia Saudita, Dubai y Vietnam. Ha promocionado monedas oficiales de Trump, una Biblia con la marca Trump, las zapatillas de deporte “nunca te rindas” y “el reloj más feo que he visto en mi vida”, dijo Oliver. “Hace que tu muñeca parezca estar pasando por una crisis de la mediana edad. Parece que fue hecho derritiendo a King Charles”.
“El hecho de que Trump esté dispuesto a poner su nombre en productos aleatorios no es nada nuevo. Siempre ha sido parte de su modus operandi”, continuó. “Pero el alcance de sus negocios ha aumentado notablemente”, lo que tiene sentido, ya que desde que dejó el cargo, Trump ha acumulado millones en gastos legales y tiene múltiples fallos que le deben cientos de millones. “¿Hacer que un hombre tan codicioso como nunca antes sea aún más codicioso?”, se preguntó Oliver. “Quizás, quizás no. Después de todo, Trump siempre opera en máxima codicia, de la misma manera que el océano siempre opera en máxima humedad”.
“Pero sí significa que está un poco más desesperado”, continuó Oliver, porque si los recursos de apelación de Trump fallan y no logra reunir el dinero, los tribunales podrían ordenar la incautación y venta de sus activos, incluido su querido resort Mar-a-Lago. El incentivo es ganar más dinero que nunca, y si gana la elección, “tiene nuevas y preocupantes formas de hacerlo”, dijo Oliver.
Oliver resumió las barreras durante el primer mandato de Trump que, desafortunadamente, no eran tanto barreras legales como “normas que podían ser ignoradas”. Trump no estaba obligado a publicar sus declaraciones de impuestos o poner sus activos en un fideicomiso ciego, por lo que no lo hizo. “Si a Trump no se le requiere hacer algo, no lo está haciendo”, señaló Oliver. “Es por eso que no dice que perdió la última elección, o abraza a sus hijos, o se molesta en aprender los malditos movimientos de baile de YMCA, ¡por el amor de Dios, mueve tus brazos por encima de tus hombros, bistec humano!”.
En cambio, Trump puso sus activos en un fideicomiso revocable al que podía acceder en cualquier momento, dirigido por sus hijos Eric y Don Jr, así como por el CFO de la compañía, Allen Weisselberg, quien ha ido a la cárcel dos veces por mentir bajo juramento y evadir impuestos.
Trump también pasó por alto las leyes que existían sobre las finanzas presidenciales. La cláusula de emolumentos de la constitución de EE. UU. prohíbe al presidente aceptar dinero o regalos de cualquier tipo de gobiernos extranjeros a menos que obtenga el consentimiento del Congreso para hacerlo, pero sus negocios ganaron $7.8 millones de 20 gobiernos extranjeros durante su tiempo en el cargo. Los principales gastadores fueron China, Arabia Saudita y Qatar.
“En cualquier otro universo, ‘el presidente acepta dinero de gobiernos extranjeros’ sería inmediatamente descalificante”, dijo Oliver. “Desafortunadamente, vivimos en este universo, donde un candidato a presidente ha sido acusado penalmente cuatro veces y condenado por 34 cargos de felonía hasta ahora, su compañero de fórmula ve a las mujeres como incubadoras ambulantes y Reba McEntire aún no ha participado en Hot Ones. ¡Este no es el mejor de los mundos posibles!”
Las violaciones financieras de Trump durante su presidencia fueron objeto de varias demandas, pero dejó el cargo antes de que se resolvieran, lo que llevó a la Corte Suprema a desechar el asunto como inútil en enero de 2021. “Básicamente, se acabó el tiempo”, dijo Oliver. “Así que no hay evidencia que sugiera que Trump no seguirá enriqueciéndose personalmente durante un segundo mandato”.
Y tiene más vías para hacerlo, si es reelegido. Desde que dejó el cargo, Trump lanzó Trump Media & Technology Group, cuyo producto estrella es Truth Social, o como lo llamó Oliver, “la versión Maga de Twitter, una frase que ahora es totalmente redundante”. La compañía es de lejos la inversión financiera más valiosa de Trump, aunque eso no refleja el desempeño mediocre de Truth Social, que es el sitio web número 1,174 más popular en los EE. UU. Pero como los presidentes no están obligados por la ley federal de conflictos de intereses, Trump podría usar el cargo de presidente para aumentar artificialmente el valor de las acciones para su enriquecimiento personal. Las empresas estadounidenses que buscan ganarse su favor podrían comprar anuncios en la plataforma y los gobiernos extranjeros que busquen hacer lo mismo podrían comprar acciones de la compañía.
Las empresas públicas aún están sujetas a cierta regulación; sus incursiones en criptomonedas, por otro lado, no lo están. En los últimos dos años, Trump ha lanzado sus propios NFT (tokens no fungibles) con su marca, que le han reportado al menos $7.2 millones de lo que Oliver declaró “piezas de mierda sin valor”.
La familia Trump también ha lanzado una empresa vaga centrada en criptomonedas llamada World Liberty Financial con Trump como su “principal defensor de la criptografía”. La empresa “tiene la intención de construir una plataforma que permitirá a los usuarios intercambiar, pedir prestado y prestar criptomonedas”, según su “Papel Dorado”.
Si Trump gana, se espera que influencie directamente las regulaciones, o la falta de ellas, de las empresas de criptomonedas, lo que un experto describió como “conflicto de intereses 101”. “Esto es obviamente extremadamente peligroso, pero especialmente en un lugar tan nuevo”, dijo Oliver. Con las criptomonedas, resumió Oliver, Trump no solo estaría explotando lagunas, sino creando las lagunas en tiempo real.
“Estaba claro antes de que Trump fuera elegido que usaría la presidencia para enriquecerse”, señaló Oliver. “Pero en un segundo mandato, el panorama es muy diferente. Ya no estamos hablando de un club campestre cursi de Florida al que los CEO u oficiales extranjeros pueden visitar para obtener acceso especial al presidente. Son dos nuevas empresas en ramas de tecnología que todavía estamos tratando de averiguar cómo regular, que podrían exponerlo a nuevos niveles de riesgo y proporcionar vías para que las personas le envíen dinero e influir en él”.
“Ninguna de estas es la razón más importante para no votar por él”, concluyó. “Pero es otra buena razón para ponerla junto a las muchas, muchas otras”.