“Muestra cómo la literatura… puede seguir otro camino para la memoria, al lado del relato histórico.”
La ironía es que pocos en Argelia es probable que lo lean. El libro no tiene editor argelino; el editor francés Gallimard ha sido excluido de la Feria del Libro de Argel, y la noticia del éxito de Goncourt de Daoud – un día después – aún no se ha informado en los medios argelinos.
Peor aún, Daoud – quien ahora vive en París – podría incluso enfrentar cargos criminales por hablar de la guerra civil.
Una ley de “reconciliación” de 2005 hace que sea un delito punible con cárcel “instrumentalizar las heridas de la tragedia nacional”.
Según Daoud, el efecto es hacer que la guerra civil – que traumatizó a todo el país – sea un no-tema.
“Mi hija de 14 años no me creía cuando le contaba lo que había pasado, porque la guerra no se enseña en las escuelas”, dijo Daoud al periódico Le Monde.
“Corté algunas de las escenas más horribles que escribí. No porque fueran falsas, sino porque la gente no me creería”.
Daoud, de 54 años, tenía experiencia de primera mano de las masacres porque era periodista en ese momento trabajando para el periódico Quotidien d’Oran. En entrevistas ha descrito la rutina espantosa de contar cadáveres, luego ver su conteo alterado – hacia arriba o hacia abajo – por las autoridades, dependiendo del mensaje que querían dar.
“Desarrollas una rutina”, dijo. “Vuelves, escribes tu artículo, luego te emborrachas”.