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Tras las elecciones de este año en Estados Unidos, nuestro país se encuentra en una encrucijada. Las emociones están a flor de piel y la división marca nuestro paisaje colectivo. El resultado, cualquiera que sea el lado que se apoye, deja inevitablemente a una parte significativa de la población sintiéndose frustrada, incierta o no escuchada. Para los CEOs y líderes que navegan el entorno actual, este es el momento de dar un paso adelante, estabilizar el barco, inspirar unidad y guiar a sus organizaciones con civilidad y empatía.
Para aquellos de nosotros que hemos estado en roles de liderazgo el tiempo suficiente, está claro que momentos como las elecciones recientes pueden convertirse en definitorios, y en tales momentos, las palabras y acciones importan más que nunca. La responsabilidad va más allá de las métricas comerciales; se extiende a la vida de los empleados, comunidades y otros actores clave, muchos de los cuales traen una variedad de esperanzas, temores y expectativas divergentes a su trabajo cada día.
Los líderes deben abrazar un conjunto de principios rectores que les permitan no solo navegar el panorama, sino también dar ejemplo a los demás. Este no es un momento para jactarse o polarizar; preocuparse o caer en el derrotismo. En cambio, es un momento para respuestas medidas, comprensión y, lo más importante, empatía.
Ancle el liderazgo en empatía y respeto
La tarea más inmediata y crítica para los líderes hoy en día es fomentar un ambiente que respete los puntos de vista diversos y a las personas que los sostienen. En todas las organizaciones, los individuos aportan perspectivas únicas y experiencias personales que moldean sus creencias, acciones y expectativas.
En mi experiencia, los CEOs están abrumadoramente convencidos de que una amplia gama de experiencias de vida y perspectivas entre sus empleados es mejor para los negocios. El respeto por esta diversidad de pensamiento y opiniones es primordial; sin él, corremos el riesgo de profundizar las divisiones existentes y crear ambientes en los que las personas se sientan aisladas o no escuchadas.
Los líderes que demuestran un compromiso genuino de escuchar y comprender con empatía pueden fomentar una atmósfera de seguridad psicológica. Las culturas abiertas y de apoyo son más resilientes e innovadoras, especialmente al navegar momentos de disrupción.
Comunicar con propósito y precisión
Cuando estás en un momento de emociones intensas con puntos de vista polarizados, los líderes deben proporcionar un mensaje claro, consistente y reflexivo que no sea reactivo ni parcial. Debería reflejar un compromiso con la transparencia, la civilidad, comprender el contexto social más amplio y abordar las preocupaciones de quienes servimos.
La importancia de la comunicación se extiende a los interesados más allá de las paredes de cualquier organización en particular. Todos operamos dentro de ecosistemas interconectados y nuestras decisiones inevitablemente impactan a socios, clientes, inversores e incluso competidores.
Ahora es el momento para que los CEOs construyan puentes y muestren que sus organizaciones están fundamentadas, respetuosas y equipadas para manejar la complejidad. Los líderes que comunican con perspicacia y cuidado emergirán más fuertes y más confiables.
Enfatizar la unidad a través del debate y el diálogo
Muchos de nosotros podemos sentir una tentación de refugiarnos en grupos, ideas o ideologías familiares. Después de todo, nos sentimos más cómodos con aquellos que comparten nuestros puntos de vista y hablan a nuestros valores. Pero en tiempos de división, un verdadero liderazgo exige que animemos a otros a elevarse por encima y más allá de estas tendencias. Exige que nos centremos en la unidad, creando un espacio para que las personas se unan con una apertura a diferentes puntos de vista, en lugar de separarlas.
Los líderes pueden fomentar la unidad alentando la colaboración, creando espacio para el diálogo abierto y centrándose en un propósito común que trascienda los puntos de vista individuales.
Liderar más allá del momento
Cada decisión, cada palabra y cada política adoptada hoy resonarán en el futuro. Este momento es un recordatorio de que los líderes son los guardianes de la confianza colectiva que otros depositan en ellos. La confianza se construye con el tiempo y se refuerza con la consistencia, una dedicación al servicio y una voluntad de navegar los desafíos con calma y claridad. Al pensar y actuar con la mirada puesta en el mañana, así como en el amplio panorama de la historia, podemos mantenernos arraigados en lo que es importante y trazar un rumbo para lo que está por venir.
Los CEOs tienen la oportunidad y la obligación de modelar lo que significa liderar en tiempos difíciles. Es en estos momentos de presión e incertidumbre que el verdadero liderazgo se define. Los líderes que inspiran, que empatizan, que unen y que comunican con propósito no solo están guiando a sus organizaciones hacia adelante, sino que están dando forma a un mundo más dinámico y resistente como resultado.
El papel de un CEO es liderar con visión e integridad mientras agrega valor a sus clientes e inversores. Durante tiempos desafiantes, los líderes necesitan convocar mesas poco comunes, centrarse en construir puentes y apoyar a otros mientras navegan por sus propios caminos. Cuando los CEOs lo hacen, fortalecen no solo sus negocios, sino también el mercado, la comunidad y la sociedad a la que pertenecen.
Este es un momento crítico para que los CEOs muestren lo que significa ser un líder, no solo en título sino en acción. Significa ser un faro de firmeza, civilidad y esperanza para aquellos a quienes sirven.
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