El presidente Miguel Díaz-Canel dijo que las provincias de Artemisa y Mayabeque, así como la capital La Habana, fueron severamente afectadas. “Cada paso a partir de este punto es dirigido hacia la recuperación. Juntos lo lograremos”, añadió. Las partes occidentales del país sufrieron inundaciones generalizadas y daños a propiedades causados por el huracán. La mayoría de los 10 millones de habitantes del país todavía están sin electricidad. En La Habana, los residentes usaron palas, escobas y cubos para limpiar basura, barro y ramas mientras evaluaban los daños el jueves. Postes eléctricos caídos bordeaban la autopista desde el oeste de la capital hasta Artemisa, y las ciudades a lo largo de la ruta estaban llenas de ramas y escombros de casas dañadas. Un residente de Artemisa dijo que la gente estaba teniendo que “improvisar” para lidiar con los cortes de energía. “Si no tienes gas, tienes que improvisar con carbón”, dijo Elías Pérez. “Ayer mi esposa y yo nos arreglamos con carbón. Es un lío, pero tenemos que seguir adelante”. El mes pasado, millones en Cuba se quedaron sin electricidad durante cuatro días después de que problemas con la antigua infraestructura energética del país causaran un apagón. Ese apagón también coincidió con el huracán Óscar, una tormenta de categoría uno menos poderosa que dejó un rastro de destrucción a lo largo de la costa noreste de la isla. Natalia Martínez, también de Artemisa, dijo: “Sabemos cómo sobrevivir, estamos en la oscuridad todo el tiempo, ya sabes”.