Una opción más probable sería Turquía. Como miembro de la OTAN pero también un estado de mayoría suní, le daría al grupo una base desde la cual operar en relativa seguridad. En abril pasado, el presidente Erdogan recibió al entonces jefe político de Hamas, Ismail Haniyeh, y su delegación en Estambul, donde hablaron sobre “lo que se necesita hacer para garantizar una entrega adecuada e ininterrumpida de ayuda humanitaria a Gaza, y un proceso de paz justo y duradero en la región”.
El movimiento también sería probablemente bienvenido por Ankara, que a menudo ha buscado posicionarse como intermediario entre Oriente y Occidente.
Se cree que la seguridad personal del liderazgo de Hamas es ahora una gran preocupación para el grupo, que vio a dos líderes asesinados en menos de cuatro meses. Además de la muerte de Haniyeh en julio, en octubre Israel mató a Yahya Sinwar, el cerebro detrás del ataque de Hamas del 7 de octubre en el sur de Israel.
Según el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, “Hamas ha adoptado un modelo temporal de liderazgo colectivo para mitigar el efecto de futuros asesinatos israelíes”.
El Dr. Hellyer piensa que en ningún lugar “les dará protección contra intentos de asesinato israelíes de la misma manera que estar en Doha, donde Estados Unidos tiene su base militar más grande en la región, lo hizo”.
El último movimiento se produce mientras funcionarios estadounidenses parecen estar cada vez más frustrados con el enfoque que el gobierno israelí ha tomado para poner fin a la guerra. En octubre, los Secretarios de Estado y Defensa de Estados Unidos dijeron que si Israel no permitía más ayuda humanitaria en el territorio para el 12 de noviembre, enfrentarían “implicaciones” de políticas no especificadas.
El fin de semana pasado, varios funcionarios de la ONU advirtieron que la situación en el norte de Gaza era “apocalíptica”. El sábado, el Comité Independiente de Revisión de la Hambruna dijo que había una “fuerte probabilidad de que la hambruna sea inminente en áreas”.
La relación entre el presidente Joe Biden y Netanyahu se ha deteriorado a lo largo de la guerra en Gaza, con una creciente presión de Washington para mejorar la situación humanitaria de los palestinos y encontrar algún tipo de acuerdo negociado.