CACI suministró interrogadores al ejército de los Estados Unidos en la prisión al oeste de Bagdad. En el tribunal, los abogados de la contratista argumentaron que sus empleados no estaban directamente involucrados en el abuso, que fue llevado a cabo por la policía militar.
Pero el jurado se puso del lado de los demandantes y sus afirmaciones de que CACI seguía siendo responsable, porque los interrogadores que suministraron habían instruido a la policía militar a “suavizar” a los detenidos.
CACI dijo en un comunicado que había sido utilizado como chivo expiatorio.
“Para ser claro: ningún empleado de CACI jamás ha sido acusado – penal, civil o administrativamente – en este asunto”, dijo la empresa.
La decisión histórica marca, según se informa, la primera vez que un contratista civil ha sido considerado legalmente responsable por el trato degradante de los detenidos en Abu Ghraib.
El jurado otorgó a los demandantes, el Sr. al-Shimari, director de una escuela secundaria, el Sr. al-Ejaili, periodista, y el Sr. al-Zubae, vendedor de frutas, $3 millones cada uno en daños compensatorios y $11 millones cada uno en daños punitivos.
“He esperado mucho tiempo este día”, dijo el Sr. al-Ejaili en un comunicado después de la sentencia. “Esta victoria es una luz brillante para todos los oprimidos y una fuerte advertencia para cualquier empresa o contratista que practique diferentes formas de tortura y abuso”.
Cientos de hombres fueron arrestados y retenidos en Abu Ghraib por las fuerzas estadounidenses después de la invasión de Irak en 2003.
En 2004, se filtraron imágenes perturbadoras de la prisión, incluida una que mostraba a un soldado arrastrando a un recluso desnudo con una correa de perro. Las fotografías provocaron una condena generalizada.
Once soldados estadounidenses fueron condenados por violar las leyes militares, pero muchos recibieron sentencias de solo unos pocos años. El último soldado que permanecía en prisión condenado en el caso fue liberado en agosto de 2011.