“Hago esta disculpa a todos los sobrevivientes en nombre de mis propios y anteriores gobiernos”, dijo Luxon el martes.
“Fue horrible. Fue desgarrador. Estuvo mal. Y nunca debería haber sucedido”, agregó. “Para muchos de ustedes cambió el rumbo de sus vidas, y por eso, el gobierno debe asumir la responsabilidad”.
La investigación, que Luxon describió como la más grande y compleja jamás realizada en Nueva Zelanda, tardó seis años en completarse e incluyó entrevistas con miles de sobrevivientes de abusos en instituciones de cuidado estatales y religiosas.
El informe resultante documentó una amplia gama de abusos, incluyendo violación, esterilización y trabajo forzado.
Se encontró que las instituciones religiosas tenían tasas más altas de abuso sexual que el cuidado estatal; y líderes civiles y religiosos lucharon por encubrir el abuso trasladando a los abusadores a otros lugares y negando la culpabilidad, con muchas víctimas muriendo antes de ver justicia.
Los hallazgos fueron vistos como una vindicación para aquellos que se enfrentaron a poderes oficiales, al estado y a instituciones religiosas, y a menudo lucharon por ser creídos.
La investigación realizó más de 100 recomendaciones, incluyendo disculpas públicas de las autoridades de Nueva Zelanda y líderes religiosos, así como legislación que obliga a informar sospechas de abuso.
Luxon dijo que el gobierno ha completado o está trabajando en 28 de estas recomendaciones, y proporcionará una respuesta completa el próximo año.
También anunció un Día Nacional de la Memoria que se celebrará el 12 de noviembre del próximo año para conmemorar el aniversario de la disculpa del martes.
“Es responsabilidad de todos nosotros hacer todo lo posible para garantizar que el abuso que nunca debería haber sido aceptado, ya no ocurra”, dijo.