El sistema de defensa Galix, fabricado en Francia por las empresas KNDS y Lacroix, se utiliza para las fuerzas terrestres para ayudar a contrarrestar ataques a corta distancia. Amnistía dijo que las armas podrían usarse para cometer o facilitar graves violaciones de derechos, agregando que el gobierno francés debe asegurar que las empresas “cesen de inmediato el suministro de este sistema a los Emiratos Árabes Unidos”. El grupo de derechos humanos compartió imágenes, que dijo haber verificado, de vehículos destruidos en el suelo que tenían el sistema Galix visible en ellos. “Si Francia no puede garantizar a través de controles de exportación, incluida la certificación del usuario final, que las armas no serán reexportadas a Sudán, no debería autorizar esas transferencias”, dijo. Las Naciones Unidas impusieron un embargo de armas en Darfur en 2004, luego de denuncias de limpieza étnica contra la población no árabe de la región. Amnistía ha pedido que el embargo se amplíe al resto de Sudán y que se fortalezca su mecanismo de monitoreo tras el estallido de una guerra civil el año pasado. Amnistía ha instado a todos los países a dejar de suministrar directa e indirectamente armas a las facciones en conflicto de Sudán. El RSF paramilitar, liderado por el general Mohamed Hamdan Daglo, ha estado en guerra con el ejército regular de Sudán bajo Abdel Fattah al-Burhan desde abril de 2023, cuando los dos antiguos aliados tomaron las armas el uno contra el otro en una feroz lucha por el poder. El RSF ha sido acusado de limpieza étnica en Darfur, algo que ha negado, culpando a milicias locales. Ambas partes han sido acusadas de cometer crímenes de guerra, con los continuos enfrentamientos dejando miles de muertos y millones desplazados.
