La región valenciana traumatizada de España se despertó ilesa después de una alerta de lluvia durante la noche del jueves, dos semanas después de las inundaciones más mortales del país en décadas que mataron a más de 200 personas allí.
La agencia meteorológica nacional AEMET rebajó la alerta roja más alta por lluvias en la costa este de Valencia después de que una nueva tormenta tocara tierra sin causar víctimas.
“Fue una noche complicada porque no dejó de llover… nunca habíamos visto tanta lluvia”, dijo Jordi Mayor, alcalde del pueblo de Cullera, a la cadena de televisión pública TVE.
“Casi todas las calles” estaban inundadas, piedras y material fueron arrastrados por el pueblo y la sede de protección civil quedó inundada, lo que desató un esfuerzo frenético de limpieza, agregó el alcalde.
Los bomberos dijeron en X que continuarían limpiando y bombeando agua en la región devastada después de una “noche tensa”.
Las autoridades regionales de Valencia extendieron el cierre de universidades y escuelas, cerraron centros de cuidado diurno para adultos e instalaciones deportivas y restringieron el tráfico en carretera en los municipios más afectados a “vehículos esenciales” el jueves.
AEMET emitió una alerta naranja para partes de la región andaluza del sur y parte de la costa de Valencia el jueves, diciendo que podrían caer hasta 100 milímetros de lluvia en 12 horas.
El desastre del 29 de octubre mató a 223 personas, casi todas en la región de Valencia, y destruyó infraestructura y hogares, con un costo final que se espera que se dispare a decenas de miles de millones de euros.
La última tormenta causó estragos en el transporte en y alrededor de la ciudad sureña de Málaga el miércoles y miles de residentes fueron evacuados.
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