Reflexionemos cuidadosamente sobre cómo utilizamos la inteligencia artificial en la educación.

¿Podrías navegar por las carreteras sin GPS? ¿Qué tal escribir un ensayo sin errores? ¿Podrías completar esa tarea sin el corrector ortográfico? Aunque muchos informes de medios describen la inteligencia artificial (IA) como una nueva innovación, ha estado presente durante décadas. El GPS y el corrector ortográfico son solo dos ejemplos de cómo la IA es una parte integral de las tecnologías que utilizamos a diario.

Sin embargo, la introducción de ChatGPT sacudió al mundo. Las posibilidades de utilizar la IA generativa para crear contenido y ofrecer innovaciones en muchos campos y aspectos de la vida moderna se están desarrollando e introduciendo rápidamente, y están cambiando drásticamente la forma en que utilizamos la información. Esto es especialmente cierto en la educación.

Los estudiantes están utilizando la IA para completar tareas, los maestros la utilizan para desarrollar planes de lecciones y las escuelas la utilizan para brindar apoyo individualizado a los niños. Sin embargo, existe una falta de orientación clara sobre el uso de la IA, lo que podría crear nuevos desafíos mucho más allá de las preocupaciones sobre el fraude, el plagio y la privacidad de los datos.

Una preocupación es lo que llamamos amnesia digital. Las personas tienden a olvidar información que se obtiene fácilmente a través de los motores de búsqueda. Normalmente, las personas buscan la misma palabra, concepto o dato varias veces, porque para muchos, el cerebro no registra la información. Este dilema se conoce como el “efecto Google”, y la investigación muestra que a menudo tiene un impacto negativo en la capacidad de retener información crítica.

La IA podría amplificar la amnesia de conocimientos y habilidades a un nuevo nivel. Cuando se utiliza una herramienta de inteligencia artificial para completar tareas escolares, los conocimientos y habilidades que se habrían desarrollado al completar esas actividades ya no se adquieren. De manera similar, cuando la IA se utiliza para tomar decisiones de resolución de problemas, el desarrollo de habilidades cognitivas críticas y creatividad intelectual puede estar en riesgo.

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La disponibilidad de una amplia gama de herramientas de IA también está planteando preguntas fundamentales sobre qué se debe enseñar y enfatizar en las escuelas. Cuando se adoptaron las calculadoras, ciertas tareas, como la multiplicación y división de números grandes, se podían completar eficientemente para ahorrar tiempo para desarrollar otras habilidades. Sin embargo, sigue siendo importante que los estudiantes aprendan habilidades aritméticas esenciales porque sabemos que es fundamental para aprender matemáticas más complejas.

Por esta razón, los responsables políticos y educadores deben saber cómo el uso de la IA afectará los resultados de aprendizaje a largo plazo antes de utilizarla en el aula. Sin pensar cuidadosamente en las consecuencias de utilizar la IA de formas que acorten el aprendizaje, podría producir efectos educativos adversos que actualmente no podemos imaginar, y podría agravar las desigualdades existentes.

La integración responsable de la IA requiere crear oportunidades para que los usuarios participen activamente en actividades de aprendizaje. Las herramientas de IA pueden utilizarse para fomentar el pensamiento creativo y las habilidades para resolver problemas, brindando a los usuarios oportunidades de aprendizaje que profundizan la participación y los empoderan.

Recientemente documentamos la posibilidad de utilizar la IA de esta manera. A través de un programa de desarrollo profesional con soporte de IA, pedimos a los maestros de matemáticas que completaran una actividad relacionada con sus tareas diarias de enseñanza y luego utilizamos una herramienta de IA para analizar su trabajo. La herramienta identificó áreas en las que los maestros necesitaban apoyo adicional y les proporcionó actividades para adquirir las habilidades necesarias al hacerles preguntas específicas. Los maestros aprendieron haciendo en lugar de simplemente usar la IA para mostrarles cómo hacerlo. Este enfoque no solo mejoró los conocimientos y habilidades de los maestros, sino que también mejoró el rendimiento de sus estudiantes.

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Esta investigación mostró que la IA puede utilizarse como un ayudante de maestros. Puede analizar el trabajo de los estudiantes e identificar qué estudiantes necesitan ayuda adicional. También puede sugerir estrategias basadas en evidencia que los maestros pueden utilizar para modificar la instrucción posterior y satisfacer las necesidades de los estudiantes.

A medida que las herramientas de IA se vuelven más ampliamente disponibles, es esencial que los líderes estatales y distritales presten atención a lo que los proveedores están vendiendo. ¿Las nuevas herramientas de IA mejorarán y empoderarán a los maestros y estudiantes, o contribuirán a la pasividad? Para responder a esta pregunta importante, se debe dar a los maestros la oportunidad de investigar cómo se utilizarán estas herramientas para apoyar a los estudiantes antes de tomar decisiones.

La segunda preocupación importante es que los maestros y estudiantes pueden comenzar a depender en exceso de la información proporcionada por la IA. La IA generativa se basa en los datos en los que se entrena para asimilar y destilar. Como ahora sabemos, la IA comete errores que solo un usuario bien entrenado puede identificar. Los criterios y datos utilizados en las herramientas de IA para calificar el trabajo de los estudiantes, brindar orientación sobre cómo abordar lagunas en el aprendizaje o mejorar las habilidades de los estudiantes, pueden no ser adecuados. Podría reproducir fácilmente sesgos e inequidades que existen en nuestras escuelas y sociedad.

Para evitar estos problemas potenciales, expertos en contenido de diversos orígenes deben estar involucrados en el desarrollo de herramientas de IA en educación. Estas herramientas deben ser evaluadas cuidadosamente por expertos en la materia y pedagogos que puedan brindar retroalimentación antes de ser introducidas en las aulas. Ninguna herramienta de IA debe ser utilizada a menos que los protocolos de privacidad de datos estén bien documentados y haya evidencia real de que mejorará la enseñanza y el aprendizaje.

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No estamos en contra de utilizar la IA para mejorar el aprendizaje. De hecho, creemos que tiene un tremendo potencial para apoyar a los maestros y empoderar a los estudiantes si se utiliza correctamente. Sin embargo, los responsables políticos y educadores deben hacer las preguntas correctas sobre su uso y tomar medidas de precaución para determinar qué herramientas serán útiles y cuáles podrían perjudicar la enseñanza y el aprendizaje.

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Yasemin Copur-Gencturk es profesora asociada en la Escuela de Educación Rossier de la Universidad del Sur de California y una destacada investigadora en IA en educación.

Pedro Noguera es decano de la Escuela de Educación Rossier de USC y miembro recientemente nombrado del comité del Departamento de Educación de EE. UU. sobre el uso de la IA en la educación.

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