El Canciller Olaf Scholz está bajo creciente presión para abandonar su resistencia a enviar misiles de crucero alemanes a Ucrania después de que Estados Unidos permitiera a Kiev el uso limitado de sus armas para ataques dentro de Rusia.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha autorizado a Ucrania a lanzar ataques limitados en la región de Kursk de Rusia utilizando misiles de largo alcance fabricados en Estados Unidos, un importante cambio de política antes de que Donald Trump asuma el cargo en enero.
Scholz ha sido reacio durante mucho tiempo a enviar los misiles de largo alcance Taurus de Alemania a Ucrania por temor a que tal movimiento arrastre a los estados de la OTAN en el conflicto. Un portavoz del canciller reiteró su posición el lunes.
Pero las llamadas para que Scholz cambie su política están creciendo. El ministro de Economía y candidato verde a canciller, Robert Habeck, dijo el domingo que enviaría los Taurus si ganaba en las elecciones anticipadas del país en febrero.
Marie-Agnes Strack-Zimmermann, una alta eurodiputada, señaló que los Verdes, el partido de la oposición Unión Demócrata Cristiana y su partido, el FDP liberal, estaban a favor de suministrar los Taurus a Ucrania.
Ella dijo en la radio alemana que ahora hay una “mayoría numérica en el Bundestag [para esto]”.
Los Taurus fabricados en Alemania aumentarían significativamente la capacidad de Ucrania para infligir daño a Rusia, según analistas. Las armas tienen un sistema de cabeza de guerra inteligente que puede garantizar un daño máximo a estructuras como puentes y bunkers, y tienen un alcance superior a 500 km.
La intransigencia de Scholz en cuanto a los Taurus contrasta con las posiciones del Reino Unido y Francia, que han estado instando a Biden a respaldarlos en autorizar a Ucrania a usar sus Storm Shadows y Scalps para golpear objetivos en Rusia.
A diferencia de los Taurus de Alemania, Ucrania tiene algunos Storm Shadows y Scalps. Sin embargo, Biden hasta ahora ha respaldado su uso por temor a desencadenar una mayor escalada del conflicto.
La presión creciente sobre Scholz también llega en un momento delicado para el canciller, quien dio por terminada su coalición este mes.
Fue criticado por el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy por mantener una conversación telefónica de una hora con el presidente ruso Vladimir Putin el viernes pasado, la primera en casi dos años.
Zelenskyy lo acusó de “abrir la Caja de Pandora”. “Esto es exactamente lo que Putin ha buscado durante mucho tiempo. Es crítico para él debilitar su aislamiento”, dijo en X.
El lunes, el presidente polaco, Andrzej Duda, criticó a Scholz, diciendo que era una “pena” que Alemania no se uniera a Francia y el Reino Unido en alinearse con Estados Unidos para ayudar a Ucrania a defenderse con más misiles.
El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, dijo el lunes que esperaba que otros estados miembros de la UE siguieran la decisión de Estados Unidos de permitir a Ucrania golpear objetivos en Rusia.
“Ucrania debería poder utilizar las armas que proporcionamos para no solo detener la flecha sino también poder golpear a los arqueros”, dijo Borrell. “Espero que los estados miembros estén de acuerdo en eso”.
El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, dijo el lunes que Francia había estado dispuesta a levantar las restricciones para Ucrania durante los últimos seis meses.
“Dijimos abiertamente que esta era una opción que consideraríamos si permitía golpear objetivos desde donde los rusos están actualmente agrediendo el territorio ucraniano”, dijo Barrot.
Annalena Baerbock, la ministra de Relaciones Exteriores alemana y miembro de los Verdes, también elogió la decisión de Estados Unidos. “La autodefensa significa que no esperas a que los cohetes golpeen un hospital de niños… sino que detienes este terror militar ya en el lanzamiento”, dijo.
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Ucrania necesita desesperadamente nuevas armas a medida que su frente se desmorona. Pero el impacto general de cualquier despliegue de misiles de largo alcance depende de si Estados Unidos ampliará el área en la que pueden ser utilizados, según expertos.
Si se limitan a la región de Kursk de Rusia, las armas no cambiarían significativamente la dinámica de la guerra, dijo el experto militar Mykola Bielieskov.
“El frente debe ser estabilizado por completo, lo que requiere ataques de ATACMS a lo largo de toda su longitud”, dijo Bielieskov.
La decisión de Biden llega casi dos años después de que Ucrania solicitara por primera vez que se le permitiera usar misiles suministrados por occidente para atacar territorio ruso. La toma de decisiones liderada por Estados Unidos sobre el suministro de armas a Kiev ha sido cautelosa y marcada por retrasos.
La discusión prolongada y altamente publicitada sobre las armas de largo alcance le ha dado a Moscú la oportunidad de reubicar muchas de sus bases y aeródromos fuera del alcance de los ATACMS.
“No veo los ATACMS como un cambio de juego en esta etapa. Es difícil ver cómo podrían cambiar la trayectoria del conflicto”, dijo Nick Reynolds del Royal United Services Institute.
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El Kremlin ha dicho que la decisión de Estados Unidos de permitir que Ucrania lance ataques limitados dentro de Rusia con ATACMS marca un “nuevo giro de escalada” en el conflicto de casi tres años, y dijo que Moscú reaccionaría “apropiadamente”.
Dmitry Peskov, el portavoz del presidente ruso, dijo que la administración saliente de Biden estaba tratando “de seguir echando leña al fuego y provocar una escalada de tensiones”, según Interfax.
Peskov no dijo qué haría Rusia en respuesta, pero recordó comentarios anteriores de Putin equiparando tal movimiento a una guerra directa entre Moscú y occidente.
“Si se ha tomado esta decisión, significa nada más que la participación directa de los países de la OTAN, Estados Unidos y países europeos, en la guerra en Ucrania”, dijo Peskov.
Reporte adicional de Raphael Minder en Varsovia