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Ucrania ha lanzado misiles Storm Shadow de fabricación británica a objetivos militares en Rusia por primera vez, según tres personas familiarizadas con el asunto.
El ataque sigue al primer uso de misiles de largo alcance Atacms de EE. UU. en suelo ruso el martes, después de la autorización del presidente de EE. UU., Joe Biden.
Un funcionario occidental informado sobre el ataque dijo que se habían disparado múltiples misiles contra al menos un objetivo militar ruso.
Un blog militar ruso a favor de la guerra en la aplicación de redes sociales Telegram publicó fotos el miércoles de lo que dijo eran fragmentos de un misil Storm Shadow, incluyendo grabados que lo indicaban como tal.
El blog dijo que los fragmentos habían caído cerca del pueblo de Marino, un pueblo en la región de Kursk. Alexei Smirnov, el gobernador local, dijo que las defensas aéreas rusas habían derribado dos misiles ucranianos.
En referencia a las publicaciones, Yuriy Ignat, un oficial de la fuerza aérea ucraniana, escribió en Facebook que “hubo una ‘fuerte tormenta’ en la región de Kursk”.
Kyiv ha estado suplicando durante meses a los aliados occidentales que utilicen sus armas de largo alcance para golpear territorio ruso mientras las tropas ucranianas luchan por mantener la tierra que han ocupado en la región de Kursk.
El uso de Storm Shadows de Ucrania y el equivalente francés, los misiles Scalp, fue discutido en conversaciones informales entre funcionarios occidentales al margen de la cumbre del G20 en Río de Janeiro esta semana, según una persona presente durante las conversaciones.
Enviar “un mensaje claro sobre los soldados norcoreanos [que recientemente han sido desplegados para ayudar a las fuerzas rusas] tenía mucho sentido”, dijo la persona.
La decisión de Biden de autorizar el uso de Atacms se produjo dos meses antes de que el presidente electo Donald Trump, quien ha dicho que pondrá fin rápidamente al conflicto, regrese al cargo.
La Casa Blanca ha estado nerviosa por una posible escalada del conflicto. Putin ha dicho anteriormente que permitir el uso de armas occidentales de largo alcance en Rusia significaría básicamente que los países de la OTAN están directamente en guerra con Moscú.
El martes, Rusia ajustó oficialmente su doctrina militar para reducir el umbral para el uso de armas nucleares.
Downing Street, el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido se negaron a hacer comentarios, citando “razones operativas”.
Pero antes de viajar a la cumbre del G20, el primer ministro del Reino Unido, Sir Keir Starmer, dijo que la comunidad internacional tenía que “redoblar” su apoyo a Kyiv, señalando el despliegue de tropas norcoreanas junto a rusas como una escalada seria.
“No podemos permitir que [el presidente ruso, Vladimir] Putin gane”, dijo Starmer. “Creo que sería extremadamente malo para la seguridad en Europa, creo que con el elemento norcoreano sería extremadamente malo para la seguridad en el Indo-Pacífico”.
Andriy Zagorodnyuk, ex ministro de Defensa de Ucrania, dijo al FT que la autorización para usar los misiles británicos no sería “determinantes” por sí solos.
“Ninguna arma es determinante”, dijo. Pero dijo que si se desplegaran en combinación con otros armamentos, “estas armas son absolutamente críticas”.
No está claro cuántos Storm Shadows se han entregado a Ucrania y cuántos le quedan en sus existencias. Pero Zagorodnyuk dijo que Kyiv “puede que no necesite tantos, si la selección de objetivos se hace bien y la planificación general se hace bien”.