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La cumbre climática COP29 de la ONU estuvo al borde del colapso el sábado después de que los negociadores que representan a 80 pequeños estados insulares y otras naciones vulnerables se retiraran de las conversaciones.
Las alianzas de pequeños estados insulares y países menos desarrollados abandonaron las negociaciones sobre cómo financiar la transición a una economía baja en carbono y pagar los efectos del cambio climático después de recibir una propuesta actualizada de $300 mil millones de naciones ricas, un aumento de $50 mil millones desde la oferta inicial.
El grupo G77 de países en desarrollo había pedido al menos $500 mil millones.
“No nos han ofrecido un trato, nos han ofrecido un insulto”, dijo un miembro de la delegación de Barbados.
En el estadio donde se está llevando a cabo la cumbre, los manifestantes coreaban “Ningún trato es mejor que un mal trato” e instaban al G77 a retirarse.
El grupo de pequeños estados insulares de aproximadamente 40 naciones dejó abierta la posibilidad de que las conversaciones se reanudaran. Cedric Schuster, su presidente, dijo que seguían “comprometidos con este proceso”.
“No queremos nada más que seguir participando, pero el proceso debe ser inclusivo”, dijo.
Las conversaciones estaban “en crisis” y la retirada fue una “expresión masiva de falta de confianza en el proceso de la presidencia”, dijo Alden Meyer, asociado senior del think-tank E3G.
Las conversaciones financieras son solo una de las varias líneas de discusión que se están llevando a cabo en el evento en Bakú, donde casi 200 países están debatiendo.
La retirada se produjo después de que Alemania acusara a Azerbaiyán, anfitrión de las conversaciones, de respaldar los intentos de países productores de combustibles fósiles de secuestrar la cumbre, que ya se había prolongado más de un día a medida que los esfuerzos por buscar consenso fracasaban.
Annalena Baerbock, ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, advirtió que “algunos estados productores de combustibles fósiles” estaban intentando un “juego de poder geopolítico”.
Baerbock dijo que los países productores de petróleo y gas estaban jugando un juego a expensas de los países más pobres y vulnerables.
“No permitiremos que los más vulnerables sean estafados por los pocos países productores de combustibles fósiles, que en este momento cuentan con el respaldo de la presidencia de la COP29”, dijo.
Varias personas involucradas en las conversaciones dijeron al Financial Times que países liderados por Arabia Saudita y Rusia estaban intentando bloquear cualquier referencia al avance del acuerdo del año pasado para alejarse de los combustibles fósiles.
“Está claro quién está moviendo los hilos de la presidencia de la COP29”, dijo un negociador senior.
Azerbaiyán depende de los ingresos de combustibles fósiles para sostener su economía. Su presidente Ilham Aliyev elogió el “petróleo y gas otorgados por Dios” del país en discursos durante los primeros días de la COP29.
También hubo críticas a las tácticas de negociación de la UE. Juan Carlos Monterrey Gomèz, jefe de la delegación de Panamá, dijo que la UE estaba jugando “juegos” asegurando que las negociaciones sobre financiamiento climático se alargaran.
“Esto es lo que siempre hacen”, dijo. “Nos rompen en el último minuto… nos presionan y nos presionan hasta que los negociadores se van, hasta que estamos cansados, hasta que estamos delirando por no comer, por no dormir”.
“Estamos haciendo todo lo posible para construir puentes con literalmente todos”, dijo el comisionado de clima de la UE, Wopke Hoekstra. “No es fácil, ni en finanzas ni en mitigación”.
El equipo de presidencia de la COP29, liderado por el ministro de ecología y recursos naturales de Azerbaiyán, Mukhtar Babayev, declinó hacer comentarios. Arabia Saudita no respondió a una solicitud de comentarios. Una persona cercana a la delegación de Rusia dijo que no tenían comentarios.
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